Como gran parte de los organismos que habitan este planeta, los chimpancés se han visto sometidos a una enorme presión por la constante actividad humana, lo que ha provocado un cambio en su entorno natural y, por lo tanto, una pérdida en su biodiversidad. Su hábitat –los bosques tropicales húmedos y la sabana– ha sido reemplazado por tierras agrícolas, plantaciones, asentamientos o se ha degradado por la extracción de recursos naturales.
Un estudio publicado estos días en Science revela que esta presión no provoca únicamente una pérdida de diversidad genética y de las funciones de los ecosistemas, sino que también afecta a la diversidad cultural y de comportamiento en los chimpancés, desde los tipos de herramientas que usan hasta los gestos específicos que emplean en la comunicación.
En resumidas cuentas, “la cultura son comportamientos específicos de un grupo que los chimpancés jóvenes aprenden de generación en generación”, explica a Sinc, Ammie Kalan, autora principal del estudio y primatóloga del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania).
Kalan, junto con Hjalmar Kühl, también del departamento de Primatología del Instituto Max Planck y el Centro Alemán para la Investigación Integrada de la Biodiversidad (iDiv), han dirigido un equipo internacional de investigadores que ha analizado un conjunto de 31 comportamientos en 144 comunidades diferentes, localizadas a lo largo de todo el área geográfica de distribución de los chimpancés salvajes en el continente africano.
Un patrón fuerte y robusto de reducción cultural
“Los chimpancés son criaturas altamente inteligentes y adaptables”, dice Kevin Lee, coautor del estudio e investigador de la Universidad del Estado de Arizona (EE UU), “ha habido varios informes de chimpancés en cautiverio o próximos a los humanos que exhiben comportamientos 'novedosos' que no se observan en poblaciones más remotas, pero no estaba claro cómo se vería afectada la diversidad de conducta general”.
El equipo llevó a cabo un extenso trabajo de campo en 46 lugares, como parte del Programa Panafricano, en 15 países del área de distribución de los chimpancés durante los últimos nueve años. El conjunto de comportamientos considerados para este estudio incluyó conductas tales como la extracción y el consumo de termitas, hormigas, algas, nueces y miel; el uso de herramientas para la caza o la excavación de tubérculos, y el uso de piedras, piscinas y cuevas entre otros.
La densidad de población humana, las carreteras, los ríos y la cubierta forestal fueron algunos de los indicadores utilizados para determinar el nivel de perturbación y el grado de cambio de la cubierta terrestre del hábitat de los chimpancés. “El análisis reveló un patrón fuerte y robusto: los chimpancés habían reducido la diversidad de comportamiento en sitios donde el impacto humano era alto”, señala Kalan.
Caza, agotamiento de los recursos y cambio climático
Según la investigadora, vemos una pérdida media del 88 % de los comportamientos en las comunidades de chimpancés que viven en áreas con un alto impacto humano, en comparación con las de bajo impacto.
El tamaño de una población juega un papel importante en el mantenimiento de los rasgos culturales. Por ello, “la reducción de estas comunidades por amenazas como la caza o la fragmentación del hábitat, causa una interrupción en el proceso de aprendizaje social de los chimpancés”.
La degradación y el agotamiento de los recursos también pueden disminuir las oportunidades y, por lo tanto, impedir la transferencia de las tradiciones locales de una generación a otra.
Esto, sumado al cambio climático –que influye en la producción de importantes recursos alimentarios y hace que su disponibilidad sea impredecible– produce una combinación de mecanismos que causan la reducción en la diversidad del comportamiento de los chimpancés.
Medidas para la conservación
“Nuestros hallazgos sugieren que las estrategias para la conservación de la biodiversidad deberían ampliarse para incluir también la protección de la diversidad del comportamiento animal”, dice Kühl, ecologista y corresponsable del estudio.
“Los lugares con comportamientos excepcionales podrían ser protegidos como 'áreas del patrimonio cultural de los chimpancés' y este concepto puede extenderse a otras especies con alto grado de variabilidad cultural como orangutanes, monos capuchinos o ballenas”.
Estas propuestas están en consonancia con los esfuerzos actuales de conservación de la biodiversidad, como el Convenio sobre la Diversidad Biológica o el Convenio sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que piden la protección de la diversidad biológica en su totalidad, incluida la diversidad de conducta de la vida silvestre rica en cultura.
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