La población de elefantes ha disminuido un 70% en la última década en África, según el último censo de WWF, que este jueves ha lanzado la campaña #stoptraficoespecies que busca frenar la caza ilegal o furtiva, principalmente por el marfil de elefantes o rinocerontes, la piel de tigres y otras especies a manos de furtivos.
La ONG ha publicado su último censo en el que se confirma que cada año mueren más de 30.000 elefantes, 1.200 rinocerontes y 100 tigres a manos de los furtivos y equipara este crimen al tráfico de drogas o de armas, por lo que insta a la población a luchar contra "este gran negocio de la extinción".
Así, explica que el tráfico de especies es equivalente al de drogas y armas, pero mucho menos arriesgado y perseguido, aunque genera un impacto social y económico similar, además del correspondiente impacto sobre la biodiversidad.
En concreto, las principales víctimas son elefantes, tigres y rinocerontes pero en total son miles las especies de fauna y flora que están afectadas por un comercio criminal que mueve entre 10.000 y 20.000 millones de euros al año.
El censo de elefantes de la ONG advierte de que en Camerún, República del Congo, República Centroafricana y Gabón sólo quedan 9.500 individuos y que la principal causa de este descenso que puede llevar a la especie a la extinción es el furtivismo para obtener marfil.
El comercio ilegal de especies
Además, denuncia que cada año se comercializa de manera ilegal con 1,5 millones de aves vivas y 440.000 toneladas de plantas medicinales y se matan unos 110 tigres, 1.200 rinocerontes, unos 30.000 elefantes y 100.000 pangolines (en la última década) para obtener sus huesos, pieles, cuernos, colmillos, escamas y carne. En 2016 por ejemplo, se alcanzó el récord de incautaciones mundiales de marfil ilegal desde que su comercio internacional fuera prohibido, en 1989.
La campaña STOP Tráfico de Especies se centra en las principales especies e insiste en el papel de España como actor principal europeo en las rutas internacionales del tráfico de fauna y flora.
En definitiva, la ONG llama a la población a unirse contra este crimen contra la naturaleza con su compromiso de no adquirir animales exóticos protegidos vivos, sus restos o productos derivados, difundir los mensajes de la campaña y pedir al Gobierno que aumente los medios para luchar contra las redes organizadas y el tráfico ilegal.
De acuerdo con el plan de acción europeo para combatir el tráfico de especies silvestres, la ONG exige al Gobierno español que ponga en marcha urgentemente este plan, con medidas concretas para combatir el tráfico ilegal que atraviesa el país, reforzar y coordinar policía y aduanas, aumentar los medios y recursos, crear centros de rescate para ejemplares incautados y trabajar para reducir la demanda de este tipo de productos por parte de la sociedad, con garantías de financiación de todo ello.