Investigadores de la Sociedad Estadounidense de Química estiman que el ciudadano norteamericano medio consume más de 70.000 partículas de microplásticos al año, si bien los efectos en la salud de ese consumo no están claros, según un estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology.
Desde que comenzó la producción en masa de plásticos en la década de 1940, los polímeros versátiles se han extendido rápidamente por todo el mundo. Aunque los plásticos han hecho la vida más fácil de muchas maneras, su eliminación se ha convertido en un problema creciente.
Los microplásticos son piezas pequeñas de plástico (a menudo microscópicas) que pueden surgir de múltiples fuentes, como la degradación de productos plásticos más grandes en el medio ambiente o el desprendimiento de partículas de los recipientes de alimentos y agua durante el envasado. Los humanos pueden ingerir inadvertidamente los materiales cuando comen alimentos o respiran aire que contiene microplásticos.
Los efectos sobre la salud de ingerir estas partículas son desconocidos, pero algunas piezas son lo suficientemente pequeñas como para llegar hasta los tejidos humanos, donde podrían desencadenar reacciones inmunitarias o liberar sustancias tóxicas. Pero, ¿cuántos microplásticos consumen los humanos? Esa es la pregunta que Kieran Cox y sus colegas querían abordar.
Para hacerlo, los investigadores revisaron 26 estudios previos que analizaron las cantidades de partículas microplásticas en peces, mariscos, azúcares añadidos, sales, alcohol, agua del grifo o embotellada y el aire. No se incluyeron en el análisis otros alimentos porque faltaban los datos. Después, el equipo evaluó la cantidad aproximada de estos alimentos que los hombres, las mujeres y los niños comen a partir de las ingestas alimenticias recomendadas de las Pautas Dietéticas 2015-2020 para los estadounidenses.
A partir de este análisis, el consumo de microplástico estimado osciló entre 74.000 y 121.000 partículas al año, dependiendo de la edad y el sexo. Las personas que beben solo agua embotellada podrían consumir además 90.000 microplásticos adicionales por año en comparación con quienes solo beben agua del grifo. Debido a que los investigadores consideraron solo el 15% de la ingesta calórica de los estadounidenses, estos valores son probablemente subestimados, advierten.