La espectacular variedad de colores y patrones que usan las mariposas para alejar a los potenciales depredadores puede ser el resultado de condiciones ambientales muy localizadas conocidas como microhábitats, según un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores. El trabajo intenta explicar por qué, a pesar de que las especies de mariposas han evolucionado para imitar los patrones de alas de otros para indicar de manera más eficiente su toxicidad, mantienen un conjunto caleidoscópico de patrones en general.
Esta paradoja se aplica no sólo a las mariposas, sino a una amplia gama de especies, y aborda cuestiones más amplias sobre cuántas diferentes estrategias defensivas pueden ser óptimas en un solo lugar. Aunque muchas especies han desarrollado patrones coloridos de advertencia que señalan a los depredadores que son malos para comer, todavía hay una notable diversidad de estos patrones. Los científicos predicen que todas las especies deben converger en el mismo patrón, pero esto claramente no ha ocurrido.
En el nuevo estudio, los investigadores se centraron en un área de selva tropical ecuatoriana donde las especies de mariposas copian los dibujos de otros para disuadir a las aves que se alimentan de insectos. Las aves han aprendido que las mariposas que exhiben ciertos patrones son tóxicas, pero hay numerosos ejemplos diferentes de círculos de mimetismo, con las mariposas utilizando una amplia gama de diferentes colores y patrones para lograr el mismo resultado.
Los científicos encontraron que las diferencias pequeñas y altamente localizadas entre las partes del bosque, que a menudo están a sólo unos pocos cientos de metros de distancia, podrían explicar por qué sucede esto. Aunque no parecen drásticamente diferentes entre sí, estos microhábitats exponen las mariposas a diferentes depredadores y, como resultado, el patrón que es la señal más efectiva para los depredadores puede diferir de una parte del bosque a otra.
El estudio ha sido realizado por académicos de la Universidad de Cambridge, Reino Unido; la Universidad de Florida, en Estados Unidos, y el Museo Nacional de Historia Natural/Centro Nacional de Investigación Científica en Francia (MNHN/CNRS).
"Las diferentes aves que comen insectos encuentran mariposas distintas en las diferentes partes del bosque, lo que explica que, a pesar de los efectos del mimetismo, las mariposas han mantenido diferentes patrones –señala el profesor de Biología Evolutiva, Chris Jiggins, en el Colegio St. John de la Universidad de Cambridge–. A pesar de que no están viviendo muy lejos, están enviando señales a diferentes depredadores".
Los científicos examinaron esta cuestión mirando a las especies de depredadores y sus presas juntos, algo que a menudo es difícil de lograr. "Esto nos ayudó a encontrar evidencia que respalda predicciones teóricas anteriores de que las preferencias de microhábitat de depredadores y presas podrían mejorar la diversidad del mimetismo", apunta la coautora Marianne Elias, del MNHN/CNRS.
Un comportamiento que influye en las tasas de depredación
Estos investigadores estudiaron una zona de selva cerca del río Napo, un afluente del Amazonas. Una gama de colinas bajas allí contiene dos microhábitats distintivos: valles pequeños con arroyos y crestas bajas, que tienen características naturales ligeramente diferentes, como cambios sutiles en luz y temperatura, y variaciones en la vida de la planta.
El equipo marcó cuatro pares de parcelas de 30 metros de diámetro, cada una consistente en un área de valle o una sección de cresta. Luego, documentaron la relación entre 64 especies de mariposas (incluidas 58 especies de ithomíinos, comúnmente conocidas como mariposas de alas claras), y 127 especies de aves insectívoras locales, entre las que se encuentran los mosqueros tiranos, jacamares y antbirds.
Las mariposas ithomíinos han desarrollado una serie de círculos de mimetismo que contrastan, a menudo utilizando colores brillantes como naranja y amarillo para advertir a las aves sobre su toxicidad. Los investigadores también estudiaron la abundancia de mariposas y sus interacciones con depredadores en diferentes alturas.
"Hemos lanzado cuerdas sobre los árboles, hemos trepado a los árboles y nos hemos colgado allí con un arnés para registrar la altura a la que vuelan las mariposas", relata Jiggins. Encontraron que los diversos círculos de mimetismo de la mariposa gravitan hacia áreas topográficamente distintivas y vuelan en alturas diferentes y, del mismo modo, las diferentes especies de aves tienden a estar en distintos microhábitats. Estas tendencias de comportamiento influyen en las tasas de depredación.
Sin embargo, los microhábitats son probablemente sólo una de varias causas de diversidad en los círculos de mimetismo de las mariposas, con otros factores, como las variaciones estacionales de los depredadores o el hecho de que las diferentes especies son activas en diferentes momentos del día, que también pueden ser significativos.
El estudio se suma a una imagen en desarrollo de las interrelaciones muy complejas entre plantas, herbívoros y depredadores en las que incluso pequeños cambios ecológicos pueden afectar a múltiples especies y, al parecer, a su diversidad. "La mímica es una forma de mutualismo en el que las especies están conectadas entre sí –agrega Jiggins–. En estos sorprendentemente diversos bosques tropicales amazónicos hay muchas oportunidades para estas interacciones mutualistas, que ayudan a generar y estabilizar la diversidad".
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