Los primeros cigarrillos se empezaron a comercializar en masa hace 140 años, pero la relación entre los humanos y esta planta es mucho más antigua. Sin embargo, poco se sabe sobre el origen histórico del uso del tabaco.
Un nuevo estudio ha analizado las pipas de piedra de 1.200 años de antigüedad halladas en las costas occidentales de América del Norte, donde hoy la incidencia del tabaquismo es muy alta entre las poblaciones nativas. Los resultados, publicados hoy en la revista PNAS, revelan el hallazgo de nicotina –un compuesto del tabaco– en su interior.
Hasta ahora, se creía que antes de la domesticación del tabaco, tribus americanas como los nez percé –del francés “nariz agujereada”– de los estados de Idaho, Oregón y Washington fumaban plantas como la gayuba (Arctostaphylos uva-ursi) para sus rituales y que esto sería así hasta incluso antes de la introducción del tabaco comercializado por los europeos en la década de 1790.
Shannon Tushingham, de la Universidad del Estado de Washington (EE UU), y sus colegas realizaron, gracias a técnicas de cromatografía, el registro biomolecular de 12 pipas de piedra y otros fragmentos hallados en cinco sitios en la cuenca del río Columbia, en el sureste del estado de Washington.
“Las muestras positivas de nicotina demuestran una continuidad profunda del tabaquismo indígena en un lugar donde el tabaco parecía haber sido introducido por los primeros comerciantes y exploradores euroamericanos”, recalcan los investigadores en su estudio.
Los autores esperaban encontrar sobre todo residuos de gayuba en las muestras más antiguas. El descubrimiento de biomarcadores de nicotina confirma que las tribus del interior del noroeste del Pacífico fumaban especies autóctonas de Nicotiana antes de la introducción del tabaco comercial.
De la domesticación a la comercialización
La planta del tabaco puede haber sido la primera en domesticarse en América hace entre 8.000 y 6.000 años en los Andes. Su uso dio lugar a la selección y modificación genética produciendo especies como Nicotiana rustica y Nicotiana tabacum, con hojas más grandes y mayores niveles de nicotina que las primeras variedades salvajes.
El tabaco domesticado se extendió a Mesoamérica y el Caribe y alcanzó ciertas zonas de sureste y suroeste de EE UU hace entre 3.000 y 2.500 años. Pero “estuvo ausente en gran parte de oeste de Norteamérica, una gran área habitada por cazadores-recolectores y donde había especies diferentes de tabaco indígena como Nicotiana quadrivalvis, Nicotiana attenuata y Nicotiana obtusifolia”, indican los autores.
Cuando se produjo el contacto con los europeos en el siglo XV, en América del Norte y del Sur se utilizaban muchas especies de tabaco, que se consideraba una planta con gran poder y un significado ritual, medicinal y ceremonial especial.
“En lugar de ser el producto recreativo habitual en el que se ha convertido hoy en día, en los contextos tradicionales, el tabaco se usaba normalmente en cantidades limitadas y por ciertos miembros de la comunidad”, subrayan los científicos en su estudio.
Las pipas son algunos de los artefactos más conocidos asociados con el tabaco, pero la planta también se fumó con materiales perecederos –cigarrillos rojos o cigarros– y se ingirió por otros medios –por masticación o enema–. Fueron los indios Taino Arawak los que mostraron el tabaco a Cristóbal Colón en 1492 en las islas Bahamas durante su primer encuentro con las Américas. Los exploradores europeos en América pronto adoptaron el tabaco al reconocer sus propiedades especiales.
En 1500, las colonias británicas y americanas cultivaron las variedades de N. tabacum en plantaciones de todo el Caribe y el este de América del Norte. A finales de 1600, el tabaco se introdujo en el Viejo Mundo y se convirtió en un producto comercial global, consumido de manera masiva.
Pero la cronología histórica del tabaco seguía sin resolver uno de los mayores enigmas de la arqueología noroccidental de América del Norte: ¿tuvieron acceso los cazadores-recolectores de esa zona acceso al tabaco indígena antes de la introducción del tabaco domesticado? La respuesta es que sí, y su patrón de consumo se remonta a hace al menos 1.200 años.
Los investigadores pretenden realizar ahora más estudios para determinar las especies y mezclas exactas que se fumaron en estas pipas arqueológicas.
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