Un grupo de veteranos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ha presentado una demanda colectiva para reclamar judicialmente al Gobierno norteamericano que les indemnice por los supuestos daños que supuso para su salud haber participado en 1966 en las tareas de limpieza de la localidad de Palomares (Almería), donde cayeron cuatro bombas de hidrógeno.
Los hechos se remontan al 17 de enero de 1966, cuando el choque entre un bombardero estadounidense y un avión de reabastecimiento se saldó no sólo con la muerte de 11 tripulantes, sino también con la caída de cuatro bombas en Palomares. Ninguna llegó a explotar, pero sí lo hicieron los detonadores de dos de ellas, cargados con plutonio.
Estados Unidos lanzó entonces un amplio dispositivo de limpieza que implicó a "aproximadamente 1.600 efectivos", responsables no sólo de rastrear el lugar donde se estrellaron los aviones sino también de retirar el terreno supuestamente contaminado. Un grupo de veteranos sostiene ahora que no disponían de los equipos de protección adecuados y quedaron expuestos a "niveles de radiación que excedían de lejos los límites actuales".
El oficial retirado de la Fuerza Aérea Victor B. Skaar ha presentado ante el Tribunal de Apelaciones para Asuntos de Veteranos de Washington una demanda colectiva que cuenta ya con el respaldo de otros antiguos militares y que reclama compensaciones al Gobierno federal norteamericano, según un comunicado de la Universidad de Yale, que colabora a través de su facultad de Derecho.
Niveles peligrosos de plutonio
"Durante años, la Fuerza Aérea negó la existencia de ninguna muestra biológica. Cuando finalmente admitieron su existencia, era obvio que las muestras mostraban que habíamos estado expuestos a niveles peligrosos de plutonio", ha explicado Skaar, que tenía 29 años cuando participó en la operación. "Más de 50 años después, el Departamento de Asuntos de los Veteranos sigue negando que la exposición a la radiación en Palomares hubiese afectado a nuestra salud", ha añadido.
La documentación presentada ante el juzgado recoge que los militares han sufrido en las décadas siguientes al siniestro enfermedades relacionadas con la radiación, "entre ellas cáncer y desórdenes sanguíneos".
La propuesta cuenta con el apoyo del senador demócrata Richard Blumenthal, que ha instado al Gobierno de Donald Trump a examinar estas reclamaciones, en la medida en que los demandantes "estuvieron expuestos a una radicación peligrosa mientras servían fielmente a la nación en la limpieza de un accidente con bombas de hidrógeno.
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