Este viernes es el Día Mundial Sin Coches, con el que finaliza la Semana de la Movilidad Sostenible. Más de 2.000 ciudades de toda Europa se han sumado organizando eventos de todo tipo para animar a los ciudadanos a utilizar medios de transporte alternativos al vehículo privado a motor. También se cortan calles al tráfico en diferentes franjas horarias para promover la movilidad del transporte público, la bicicleta o ir a pie.
El primer día sin coches, tuvo lugar en 1999, inspirado por ciudades francesas e italianas. Un total de 158 ciudades de estos dos países participaron en este evento con el apoyo de la Comisión Europea que para 2017 ha lanzado la campaña Movilidad limpia, compartida e inteligente.
La Semana de la Movilidad Sostenible de este año anima a gente a utilizar formas compartidas del transporte como el coche o el uso de la bicicleta. Europa es el líder en soluciones de movilidad compartida y el valor de las transacciones de movilidad compartida en Europa se estimó en 5.100 millones de euros en 2015. Se espera que supere los 100.000 millones de euros en 2025. Compartir el transporte no sólo ayuda a las personas a ahorrar dinero, los objetivos de la UE de lograr una economía de bajas emisiones.
68.000 muertes prematuras europeas al año
Unas 68.000 personas mueren de forma prematura en Europa cada año por las emisiones tóxicas de dióxido de nitrógeno (NO2) de los vehículos diésel, según un estudio de Transport & Environment (T&E), que pone de manifiesto que los coches de gasóleo tienen un mayor impacto sobre el clima que los de gasolina.
El documento pone de manifiesto que los automóviles diésel contaminan y tienen más emisiones de dióxido de carbono (CO2), que aceleran más el cambio climático en comparación con los mismos modelos equipados con motores de gasolina.
Así, los datos de T&E apuntan que, a lo largo de todo el ciclo de vida de sus emisiones, los vehículos diésel emiten 3,65 millones de toneladas de CO2 más que un modelo de gasolina equivalente, ya que necesitan mayor energía para su refinado, así como más materiales para la construcción de los motores, que, además, son más complejos.
"El dieselgate expone a los coches diésel a ser la principal causa de dióxido de nitrógeno en las ciudades europeas que está matando a 68.000 europeos al año", explica la responsable de Vehículos Limpios de T&E, Julia Poliscanova.
En este sentido, indica que, al contrario de lo que dice la industria, los modelos diésel son también peores para el cambio climático que las versiones de gasolina. "Europa debe ahora avanzar y acelerar la transición hacia vehículos limpios y electrificados y enviar los diésel sucios a los museos", reclama.