El Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG), el Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) y Ecologistas en Acción publican conjuntamente la «Guía NextGenerationEU: más sombras que luces» con la participación de Open Generation EU, entidades y colectivos de la sociedad civil organizada.
Ofrece un análisis en profundidad de los fondos europeos de recuperación y resiliencia, conocidos por el nombre Next Generation EU (NGEU), señalando sus oportunidades y ahondando en sus deficiencias para concluir apuntando ocho propuestas dirigidas al Gobierno de España para que los fondos NGEU puedan contribuir a una transformación verdaderamente ecosocial y justa.
Pretende ser una herramienta práctica para organizaciones y colectivos, movimientos sociales, periodistas, personas técnicas de ayuntamientos e instituciones públicas y para la ciudadanía en general, respondiendo a las siguientes preguntas:
Contexto del NextGenerationEU
¿Qué es el NextGenerationEU?
¿Cómo se financia el NextGenerationEU?
¿Quién decide sobre el reparto de los fondos y con qué criterios?
¿Cómo será la gobernanza del NextGenerationEU?
¿Quién propone los proyectos a financiar por el NextGenerationEU?
¿Quién ejecuta los fondos?
¿Qué papel están teniendo las consultoras privadas?
¿Cuáles son las fechas claves del NextGenerationEU?
¿Cuáles son los riesgos del NextGenerationEU a corto, medio y largo plazo?
¿Qué puede hacer el Gobierno de España?
Después de la proclamación del brote de covid-19 como pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo de 2020, las instituciones públicas europeas y estatales pusieron en marcha diferentes mecanismos y ayudas públicas para rescatar la economía europea.
La primera ola de rescates se ha implementado básicamente sin aplicar criterios climáticos, ecológicos, sociales o de género, y ha beneficiado especialmente a las grandes empresas y sectores convencionales, como la aviación y las energéticas. Esta segunda ola de rescates, ya apunta a un desenlace similar.
Según la Unión Europea, el NGEU es un instrumento temporal para financiar la transformación y modernización de la economía europea en clave verde y digital. Está dotado con 750.000 millones de euros que proporcionarán en los próximos 7 años subvenciones y préstamos a los Estados miembros de la Unión Europea. La partida dirigida a subvenciones a fondo perdido es de 390.000 millones de euros y la de préstamos reembolsables es ligeramente inferior, 360.000 millones.
Sin embargo, son preocupantes los riesgos del NextGenerationEU a corto, medio y largo plazo:
- Sobreendeudamiento y austeridad
- Concentración de los fondos en grandes empresas
- Pueden suponer un lavado de cara verde y no apuntan a las lecciones de la pandemia
- Falta de transparencia y participación ciudadana
- Políticas incongruentes en perjuicio del interés general
El Pacto de Estabilidad y Crecimiento está suspendido desde marzo de 2020, pero la Comisión Europea puede reactivarlo en cualquier momento. Cuando ocurra, y en plena resaca de lluvia de dinero, los Estados estarán altamente endeudados y no será nada fácil regresar a las exigencias del Pacto de Estabilidad, acompañados además de nuevos recortes y austeridad que sin duda serán reclamados a cambio de los fondos NGEU. Dinero público para el sector privado, deuda y austeridad para la ciudadanía; una receta bien conocida.
Frente a esto, el Gobierno de España puede poner en marcha ocho propuestas concretas y viables en el corto, medio y largo plazo para una reconstrucción económica que revierta la creciente desigualdad, frene la crisis sanitaria, económica, ecológica, social, de género y permita una transición ecosocial justa:
- Garantizar la transparencia y la buena gobernanza en todos los niveles.
- Promover la desprivatización y desmercantilización de servicios básicos y sectores estratégicos.
- Apoyar para que proyectos y empresas sociales puedan acceder a los fondos de recuperación
- Fortalecer los modelos públicos, o público-comunitarios y reducir las colaboraciones público-privadas.
- Alinearse con objetivos climáticos, ecológicos y de justicia social, y evitar el lavado verde.
- Evitar exceso de financiación a empresas de telecomunicación y procesos de digitalización.
- Incorporar criterios de exclusión de proyectos y empresas.
- Cofinanciar la recuperación a través de otros mecanismos, no solo el NGEU.