El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha prohibido de forma permanente nuevas perforaciones en busca de crudo y gas en aguas federales del océano Atlántico y del Ártico, en una de sus últimas acciones ambientalistas antes de dejar el cargo en enero.
La prohibición se aplica a las aguas frente a la costa de Alaska, en el mar de Chukotka y gran parte del mar de Beaufort, y en el Atlántico desde Nueva Inglaterra hasta la bahía de Chesapeake.
Para proteger las aguas, Obama ha invocado una ley de la década de los 50 que permite a los presidentes limitar áreas a la explotación mineral y la perforación.
Riesgos de un derrame de crudo
Grupos ambientalistas han sostenido que el uso de esa ley significa que el próximo Gobierno del presidente electo Donald Trump no podrá revertir la decisión, sino que tendrá que recurrir a la Justicia para revocarla.
La medida se anunció en un comunicado conjunto de Obama y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que lanzaron "acciones para asegurar una economía y ecosistema ártico fuerte, sostenible y viable".
En el mismo, Obama ha manifestado que estas acciones "reflejan la posición científica de que, incluso con los mayores estándares de seguridad que ambos países han puesto en práctica, los riesgos de un derrame de crudo en esta región son importantes y nuestra capacidad para limpiar un derrame en las duras condiciones de la región es limitada".
Canadá designará a todas sus aguas árticas como indefinidamente fuera de los límites para futuras licencias para exploración por gas y crudo en el Ártico, un estatus que será revisado cada cinco años bajo un análisis científico.