La formación animalista PACMA ha exigido poner fin a los paseos en burro de Chinchón por las consecuencias físicas y mentales que tienen en los animales, ha informado el partido en un comunicado.

Desde PACMA lamentan las "incontables vueltas de cada día para contentar y divertir a los niños", un "trabajo asignado a los burros de Chinchón para que sus propietarios puedan ganar dinero con ellos".

 

Tiovivos con burritos

 

"Seguimos manteniendo los paseos en poni, a los bueyes en las romerías, a los toros, las vaquillas, y lo que pretenden ser estos tiovivos con burritos que son obligados a cargar personas a sus espaldas dando vueltas durante varias horas al día", han enumerado.

La Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y el Maltrato Animal (AVATMA), respaldada por casi 500 profesionales, "ya realizó un informe técnico veterinario con el ejemplo de los ponis sobre las consecuencias físicas y emocionales para los equinos cuando son utilizados en atracciones de feria como carruseles", ha alertado PACMA.

Según el informe de AVATMA, "una feria, con un nivel de ruido muy elevado (al permitirse hasta los 90 decibelios), repleta de objetos, luces y personas en movimiento, puede conllevar un elevado grado estrés crónico a los animales debido a la imposibilidad de huir de esa situación", han advertido.

 

Los signos de malestar

 

Algunos de los signos de malestar descritos por los profesionales consisten en los gestos de agresividad (orejas hacía atrás y hacía abajo (pegadas al cuello); de agotamiento, apatía o dolor (orejas hacía los lados y ligeramente caídas); ollares contraídos (malestar, tensión o frustración) y mirada perdida (síntoma de depresión, agotamiento o estrés).

A eso se suman "jornadas continuas de seis a ocho horas de trabajo sin acceso al agua, los transportes prolongados, las continuas modificaciones del entorno y los cambios del horario de alimentación y tipo de alimento pueden predisponer a serios problemas de salud, como cólicos".

 

Reconversión del ocio infantil

 

PACMA propone la reconversión del ocio infantil "con alternativas respetuosas con la naturaleza, al margen del uso y explotación de los animales, instando a las empresas a crear ofertas lúdicas para niños y adultos que fomenten el respeto y disfrute sostenible de la biodiversidad".