El Govern plantea que las piscinas privadas rellenadas con agua desalada puedan ser utilizadas como refugios climáticos, en una propuesta de modificación del Plan especial de sequía sobre el uso de agua de desaladoras privadas.

El Ejecutivo prevé introducir esta excepción a través de un decreto-ley que debe aprobar en Consell Executiu

Prevé que uno de los seis condicionantes para que el agua resultante de estas instalaciones no esté sujeto a las limitaciones impuestas para afrontar la sequía sea que "el titular ofrezca la instalación al Ayuntamiento como refugio climático".

Según informan fuentes del Ejecutivo, se prevé introducir esta excepción a través de un decreto-ley, que debe aprobar en Consell Executiu, si bien ha recordado que son los Ayuntamientos los que deben declarar un espacio como refugio climático.

 

Explotaciones agrícolas o ganaderas

 

La propuesta gubernamental también aboga por que las explotaciones agrícolas o ganaderas "que tengan dificultades en el suministro de agua" puedan tener acceso a una comunidad de usuarios de la desaladora privada.

Y requiere que los usuarios del agua la utilicen para "el mantenimiento de la actividad económica que ejercen" y los empleos, así como que el agua llegue al punto de utilización a través de la red de distribución o bien con un almacenaje periódico mínimo de siete días

También les exige un "plan de ahorro del consumo de agua respecto a su consumo en situación de normalidad" con el que prevean reducir su dependencia de la red de suministro domiciliario en al menos en la cantidad establecida por el Pla especial de sequera, o bien no superen la dotación máxima de abastecimiento.

 

Medida anecdótica, no hay demanda

 

Fuentes sindicales han advertido que la habilitación de desaladoras privadas constituye "una medida anecdótica, no hay demanda" y han señalado falta de planificación gubernamental en las medidas estructurales.

"Son desaladoras muy pequeñas y ya veremos si alguien solicita la instalación", han reflexionado, si bien el Gremi d'Hosteleria de Lloret de Mar (Girona) planteó adquirir una.

Han subrayado que el uso de agua desalada está sujeto a seis condicionantes, que incluyen el mantenimiento de la actividad económica y han advertido que las desaladoras privadas "no acaban" con el problema de la sequía y las consecuencias que ello conlleva.