Dicen que el expresidente ruso y Nobel de la Paz Mijaíl Gorbachov y su esposa Raisa a finales de los 80 del siglo pasado eran unos acérrimos defensores del llamado power walking o andar de forma enérgica.

"Podría ser una opción para las personas a las que no les convenzca el andar, pero tampoco el correr", defiende el miembro de la Sociedad Española de Medicina del Deporte, el doctor Miguel del Valle Soto, editor de Archivos de Medicina del Deporte y catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo.

Según explica este especialista, el power walking en realidad "no es más que caminar a ritmo muy rápido", y haciendo que participen el mayor número de grupos musculares posibles. "De esta manera conseguimos intensidades elevadas (a veces se iguala a las conseguidas con la carrera). Es muy interesante y válido", afirma el experto en Medicina Deportiva.

No obstante, no sirve caminar a buen ritmo simplemente. Para obtener los mismos beneficios que con la carrera, la Fundación Española del Corazón subraya que hay que caminar al ritmo adecuado para quemar las mismas calorías que corriendo. "Y siempre que controlemos sus tres puntos fundamentales: frecuencia, tiempo y ritmo, es un ejercicio seguro y efectivo", mantiene.

 

3-4 veces por semana

 

Así, incide en que la frecuencia ideal para practicarlo es de 3-4 veces por semana; siendo el tiempo de cada sesión en torno a los 40-45 minutos; y en los primeros entrenamientos el ritmo debería rondar el 60% de la frecuencia cardíaca máxima.

Otro de los aspectos importantes a tener en cuenta sobre la práctica del power walking es que éste debe adaptarse a la situación de cada persona, siendo una actividad física perfecta para quienes tienen poco tiempo, o no les gusta correr, o bien no están en buena forma física.

 

¿Sus beneficios? La FEC enumera los siguientes:

 

·Disminuye la tensión arterial y los niveles de colesterol, lo que evita problemas cardíacos. ·Mejora el sistema inmunitario.

·Previene la diabetes y ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre.

·Tonifica una gran cantidad de músculos, sobre todo las pantorrillas, los muslos y los glúteos.

·Ayuda a quemar calorías y a mantener activo el metabolismo.

·Desestresa, relaja y ayuda a que nuestro humor mejore.

Precisamente, un trabajo científico publicado en la revista Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology revela que cuando se emplea similar gasto de energía, correr reduce el riesgo de hipertensión en un 4,2% y caminar en un 7,2%.

"En cuanto al riesgo de colesterol alto, correr supone una reducción de ese riesgo en un 4,3% y caminar en un 7%. En cuanto a las enfermedades cardiacas, correr reduce el riesgo en un 4,5% y caminar en un 9,3%. Es decir, en todos los casos andar es mucho más beneficioso que correr. Y, además, produce menos desgaste y riesgo de lesiones", sostiene el estudio.

 

'Power walking' también presenta sus riesgos

 

Ahora bien, la Fundación Española del Corazón alerta de que también el power walking presenta sus riesgos, por lo que aconseja seguir estos consejos durante su práctica:

1. La cabeza, siempre erguida. Nada de caminar mirando a la puntera de las zapatillas. La vista debe fijarse, al menos, 20 metros por delante.

2. Mueva los hombros de una forma natural, libre. La postura para caminar no debe ser rígida, pero es vital que la espalda esté recta y los hombros, relajados.

3. Balancear los brazos de forma natural, rítmica y alternativa, adecuándose a la zancada. Deben doblarse por el codo con un ángulo aproximado de 90 grados.

4. Respire con fluidez al caminar, profunda y rítmicamente para oxigenar mejor el organismo.

5. Mantenga la barbilla paralela al suelo. La cabeza tampoco debe estar echada hacia atrás. Lo ideal es llevar la barbilla paralela al suelo.

6. Apriete suavemente los glúteos y el estómago. Si ejerce una ligera presión sobre los abdominales y los glúteos fortalecerá más esas zonas.

7. Coloque la pelvis por debajo del torso. De esa manera caminará más erguido, y no cometa el error de dar zancadas muy largas.

8. Los pies deben ir paralelos uno con el otro. Para que el ejercicio sea efectivo y más descansado, los pies deben mantenerse a la misma distancia que el ancho de los hombros. Use calzado deportivo ligero y, a la vez, resistente.