Evidencia de escombros planetarios que rodean a un sol doble, al estilo del sistema Tatooine de Star Wars, han sido encontradas por primera vez por científicos del University College de Londres.
El estudio, publicado en Nature Astronomy y financiado por el Consejo de Instalaciones Científicas y Tecnológicas y el Consejo Europeo de Investigación, halló restos de asteroides rotos orbitando un doble sol compuesto por una estrella enana blanca y una enana marrón a unos 1.000 años luz de distancia en un sistema llamado SDSS 1557.
El descubrimiento es notable porque los escombros parecen ser rocosos y sugiere que los planetas terrestres como Tatooine –mundo natal de Luke Skywalker en Star Wars– podrían existir en ese sistema. Hasta la fecha, todos los exoplanetas descubiertos en órbita alrededor de estrellas dobles son gigantes gaseosos, similares a Júpiter, y se cree que se forman en las regiones heladas de sus sistemas.
En contraste con el material helado rico en carbono que se encuentra en otros sistemas de doble estrella, el material planetario identificado en el sistema SDSS 1557 tiene un alto contenido de metal, incluyendo silicio y magnesio. Estos elementos fueron identificados como los escombros que fluían de su órbita a la superficie de la estrella, contaminándola temporalmente con al menos 1017 g (o 1,1 billones de toneladas) de materia, equiparándola a un asteroide de al menos 4 kilómetros de tamaño.
"La construcción de planetas rocosos alrededor de dos soles es un reto porque la gravedad de ambas estrellas puede empujar y tirar tremendamente, evitando que pedazos de roca y polvo se peguen y crezcan de forma compacta", según Jay Farihi, físico y astrónomo del UCL.
Una historia coherente y convincente
Con el descubrimiento de escombros de asteroides en el sistema SDSS 1557, vemos firmas claras de ensamblajes de planeta rocoso a través de grandes asteroides que se formaron, ayudándonos a entender cómo los exoplanetas rocosos se hacen en sistemas de doble estrella".
En nuestro sistema solar, el cinturón de asteroides contiene los bloques de construcción sobrantes de Mercurio, Venus, la Tierra y Marte, por lo que los científicos los estudian para comprender mejor cómo se forman los exoplanetas rocosos y potencialmente habitables.
El mismo enfoque fue utilizado para examinar el sistema SDSS 1557. Si tiene planetas dentro, todavía no se pueden detectar directamente, pero sí los fragmentos que informan sobre su posible existencia.
El equipo observó los espectros y longitudes de onda del material con los instrumentos del Observatorio Gemini Sur y el VLT del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile.
El coautor Boris Gänsicke (Universidad de Warwick) analizó estos datos y encontró que todos ellos contaron una historia coherente y convincente. "Todos los metales que vemos en la enana blanca desaparecerán dentro de unas semanas y se hundirán en el interior, a menos que los escombros fluyan continuamente hacia la estrella. Estaremos mirando SDSS 1557 junto con el Hubble, para demostrar de forma concluyente que el polvo está hecho de roca en lugar de hielo".