Algunos plásticos biodegradables podrían fabricarse en el futuro con azúcar y dióxido de carbono (CO2), sustituyendo a los plásticos no sostenibles hechos de petróleo. Así lo revela una investigación realizada por científicos del Centro para Tecnologías Químicas Sustentables (CSCT) de la Universidad de Bath.
El policarbonato se utiliza para hacer botellas de bebidas, lentes para gafas y en revestimientos resistentes a los arañazos para teléfonos, CD y DVD. Los actuales procesos de fabricación de policarbonato utilizan BPA (bisfenol A, prohibido usar en biberones) y fosgeno altamente tóxico, utilizado como arma química en la Primera Guerra Mundial.
Así, los científicos de Bath han fabricado policarbonatos alternativos a partir de azúcares y dióxido de carbono en un nuevo proceso que también utiliza presiones bajas y temperatura ambiente, lo que hace el proceso más barato y seguro.
Este nuevo tipo de policarbonato puede ser biodegradado de nuevo en dióxido de carbono y azúcar utilizando enzimas de bacterias del suelo. Este nuevo plástico es bio-compatible, por lo que en el futuro podría ser utilizado para implantes médicos o como andamios para el crecimiento de órganos de reemplazo para el trasplante.
Los policarbonatos de azúcares ofrecen una alternativa más sostenible al policarbonato tradicional de BPA, sin embargo el proceso utiliza un producto químico altamente tóxico llamado fosgeno.
Ahora los científicos en Bath han desarrollado una alternativa mucho más segura, aún más sostenible que añade dióxido de carbono al azúcar a bajas presiones y a temperatura ambiente.
Biodegradable y biocompatible
El plástico resultante tiene propiedades físicas similares a las derivadas de productos petroquímicos, siendo fuerte, transparente y resistente a los arañazos. La diferencia crucial es que pueden degradarse de nuevo en dióxido de carbono y azúcar utilizando las enzimas que se encuentran en las bacterias del suelo.
El nuevo plástico sin BPA podría reemplazar a los policarbonatos actuales en artículos tales como biberones y recipientes para alimentos, y dado que el plástico es biocompatible, también podría usarse para implantes médicos o como andamios para tejidos u órganos en crecimiento para trasplante.
El investigador de Whorrod Research en el Departamento de Química de la Universidad, Antoine Buchard afirma que "con una población cada vez mayor, hay una creciente demanda de plásticos". "Este nuevo plástico es una alternativa renovable a los polímeros a base de combustibles fósiles, potencialmente barato, ya que es biodegradable, y no contribuirá al crecimiento de los desechos de los océanos", añade.
"Nuestro proceso utiliza dióxido de carbono en lugar del fosgeno químico altamente tóxico, y produce un plástico que es libre de BPA, por lo que no sólo es el plástico más seguro, pero el proceso de fabricación es más limpio también", agrega el investigador.
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