El temblor, de magnitud 5,4 en la escala Richter, sacudió el sur de Portugal durante la mañana del lunes, pero también se dejó sentir en amplias zonas de España y Marruecos.

Sumario

 

El seísmo se produjo a las 06.11 horas de la mañana del lunes, hora portuguesa, con su epicentro registrado en el océano Atlántico, a unos 50 kilómetros al oeste de la ciudad costera de Sines.

 

El temblor de Portugal

 

Terremoto en Portugal de 5,4 grados en la escala de Richter / Mapa: EA Terremoto en Portugal de 5,4 grados en la escala de Richter / Mapa: EA

El temblor se originó a una profundidad de 10,7 km pero, aunque se produjo en pleno océano, desde el primer momento se descartó cualquier alerta de tsunami.

Horas después del seísmo se dieron tres réplicas, aunque de escasa magnitud y de intensidad decreciente, con la más importante de ellas de apenas 1,8 grados en la escala Richter.

El temblor no ha producido consecuencias personales ni materiales en las principales zonas afectadas. Se pudo sentir con mayor intensidad en la costa occidental lusa, en las regiones de Lisboa, Alentejo o Algarve, aunque sus efectos también se dejaron notar incluso en la región septentrional de Oporto. Las autoridades lusas no activaron ningún plan especial de asistencia, reservados a temblores por encima de los 6 grados.

 

Cómo se ha sentido el terremoto en España

 

El temblor pudo ser percibido en varias zonas de España, al menos en siete Comunidades, así como en el norte de Marruecos.

Los efectos del seísmo se han notado con mayor intensidad en Andalucía, especialmente en Huelva, la zona más cercana a la frontera portuguesa y el epicentro del seísmo. Varias localidades onubenses reportaron sentir los efectos del temblor con una intensidad de grado III. En las provincias más orientales como Sevilla, Cádiz o Málaga también se informó del seísmo aunque con una menor intensidad de grado II.

En Extremadura también se notó con cierta intensidad el temblor, con varias localidades de Badajoz, especialmente las más cercanas a la Raya portuguesa, sintiendo el temblor con grado III. Mientras, en Cáceres el seísmo se notó con menos fuerza, un grado menos que en Badajoz.

Galicia es la otra Comunidad que sintió con mayor firmeza el terremoto. Las provincias del sur, sobre todo las localidades de Pontevedra más próximas a Portugal, reportaron los efectos de un temblor de intensidad III.

Pero incluso en regiones más lejanas al epicentro del seísmo se reportaron los efectos del temblor. En Castilla y León se notó con grado III en algunas localidades próximas a la frontera y en Castilla-La Mancha, Asturias e incluso en Madrid se pudo sentir el seísmo en grado II en algunos enclaves aislados.

La intensidad de un terremoto se considera de grado III cuando puede ser percibido dentro de edificios, las personas en reposo pueden notar un balanceo o ligero  temblor y los objetos colgados oscilan. Mientras, el grado II apenas es sentido en casos aislados por personas con gran capacidad receptiva, sin producir ningún efecto sobre los edificios.

 

El historial sísmico de Portugal

 

La región próxima a la costa sur de Portugal es una zona de importante peligro sísmico. En sus inmediaciones, cerca del Cabo de San Vicente, confluyen la placa euroasiática y la placa africana. cuyas fallas activas generan la gran mayoría de los terremotos que sacuden el país luso.

El seísmo del lunes ha sido el más fuerte registrado en Portugal desde 1969, cuando se produjo el catastrófico terremoto de Cabo de San Vicente de 7,8 grados de magnitud. En dicho seísmo fallecieron 13 personas, 11 en Marruecos y 2 en Portugal, y causó daños moderados a unos edificios relativamente preparados para el temblor.

Antes de ese seísmo, el gran referente de la historia sísmica de Portugal es el catastrófico Gran Terremoto de Lisboa ocurrido el 1 de noviembre de 1755. Se calcula que tuvo una magnitud en torno a 8,5 grados y tuvo su epicentro en el Océano Atlántico a unos 300 kilómetros de la capital portuguesa. El temblor duró entre tres y seis minutos y fue sucedido por una ola gigante que arrasó la ciudad y buena parte del suroeste de la península Ibérica y norte de África. Para incrementar la tragedia, la celebración de la festividad de Todos los Santos hizo que hubiera encendidas lamparillas por toda la ciudad, lo que provocó un incendio que arrasó Lisboa casi en su totalidad. Aproximadamente el 85% de los edificios fueron destruidos y la capital lusa debió reconstruirse casi por completo.

La catástrofe provocó más de 100.000 muertos, la gran mayoría de ellos solo en Lisboa. El suroeste español también se vio gravemente afectado con unas 5.000 victimas mortales. El análisis de esta catástrofe ayudó en buena manera al nacimiento de la sismología moderna, gracias a una amplia convocatoria de científicos para estudiar el temblor y una encuesta encargada por el marques de Pombal, primer ministro portugués. En España también se ideó una encuesta similar para tener una idea de cómo afectó la catástrofe al reino.