El gobernador prorruso de la República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, ha informado este lunes de que ha comenzado el proceso de desminado de la ciudad de Bajmut tras anunciar el fin de semana que la localidad ha sido finalmente tomada por las fuerzas rusas y se encuentra bajo su control. Kiev sostiene que aún mantiene una "pequeña" presencia en la ciudad.
"Se ha procedido a poner en marcha el desminado preliminar de la ciudad", ha dicho en declaraciones a la cadena de televisión rusa Rossiya 24, donde ha recalcado que la ciudad ha sido "liberada" por Rusia.
En este sentido, ha matizado que "es importante llevar a cabo un desminado completo y exhaustivo" de la zona, si bien ha aclarado que se trata de un trabajo "difícil" que entraña riesgos dada la "escalada de las hostilidades que han tenido lugar en las inmediaciones".
Por ello, ha resaltado que la prioridad de las autoridades locales es "supervisar todas las zonas en las que puedan permanecer los civiles" para garantizar su seguridad justo un día después de que el Ministerio de Defensa de Rusia señalara que como resultado de las acciones de los batallones del Grupo Wagner, con ayuda de la artillería y aviación ursas, la ciudad se encuentra ahora bajo el control de Moscú.
Ucrania mantiene una "pequeña presencia"
El propio presidente ruso, Vladimir Putin, ha felicitado al Ejército y los mercenarios por la toma de la localidad y ha indicado que todos los implicados "recibirán distinciones" a nivel estatal.
Sin embargo, Kiev insiste en que mantiene una "pequeña" presencia en la estratégica ciudad, según la viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar. La viceministra ha advertido de que Rusia no ha renunciado a su objetivo de conquistar la totalidad de Ucrania, solo que "ante los fracaso, ahora intentan hacerlo por porciones".
"La defensa de Bajmut como tal ha cumplido sus objetivos militares, como la concentración de las fuerzas enemigas, necesaria para ganar tiempo, ya diremos más adelante para qué, y o la destrucción del enemigo", ha argumentado, según recoge la agencia de noticias ucraniana UNIAN.
Un portavoz de la Brigada Edelweiss ucraniana, Nikita Shandiba, ha reconocido por su parte que la situación es "realmente difícil" en Bajmut.
"A pesar de todo los chicos siguen resistiendo el tiempo que sea necesario", ha destacado.
"Están presionando, siguen presionando. Nos llueve artillería, disparos de carros de combate y más (...). No hay indicios de falta de munición. Tienen munición suficiente", ha advertido, según informa UNIAN.
La toma de la ciudad de Bajmut por parte de Rusia marca un nuevo desarrollo en el conflicto entre Ucrania y Rusia, que ha durado más de siete años. Bajmut, ubicada en la región de Donetsk, ha sido escenario de intensos combates y disputas territoriales desde que estalló el conflicto en 2014.
Clave en la lucha por el control de la región de Donetsk
La ciudad estratégica, con una población de aproximadamente 100,000 habitantes, ha sido un punto clave en la lucha por el control de la región de Donetsk. La toma de Bajmut por parte de Rusia podría tener importantes implicaciones tanto para el futuro del conflicto como para la estabilidad de la región en su conjunto.
Las preocupaciones sobre el bienestar de la población civil en Bajmut han aumentado a medida que las hostilidades se han intensificado en los últimos días. Las organizaciones humanitarias han advertido sobre el impacto devastador del conflicto en la vida de los residentes locales, con informes de daños a infraestructuras vitales, interrupciones en los servicios básicos y desplazamientos forzados de la población.
La comunidad internacional ha condenado enérgicamente la toma de Bajmut por parte de Rusia y ha instado a una solución pacífica y diplomática al conflicto en curso. Varios países y organizaciones han expresado su apoyo a Ucrania y han instado a Rusia a respetar la integridad territorial del país y a cesar las acciones militares agresivas.
A medida que la situación en Bajmut continúa desarrollándose, es fundamental que se realicen esfuerzos concertados para garantizar la seguridad de la población civil y buscar una resolución pacífica al conflicto. El futuro de la región y el bienestar de sus habitantes dependen de la voluntad de todas las partes involucradas de buscar una solución negociada y evitar una mayor escalada de la violencia.
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