Tras dos semanas reunidos en Hobart (Tasmania, Australia) para decidir el futuro del océano Antártico, los gobiernos de los países de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos no han logrado llegar a un acuerdo. Una amplia mayoría de 22 de los 25 países miembros respaldaron la propuesta de un gran Santuario Antártico que se hubiera convertido en la mayor zona protegida del planeta. Pero las delegaciones de China, Noruega y Rusia votaron en contra.
Greenpeace acusó a la Comisión de "no cumplir su mandato" para proteger las aguas antárticas a pesar de que la propuesta fue respaldada por 22 de los 25 gobiernos y de que casi tres millones de personas en todo el mundo habían apoyado con sus firmas la creación de este santuario.
La responsable de la campaña Proteger la Antártida de Greenpeace España, Pilar Marcos, ha lamentado que se haya perdido una oportunidad histórica para crear en la Antártida el área protegida más grande de la Tierra.
"Una oportunidad para salvaguardar la biodiversidad, luchar contra el cambio climático y mejorar la salud de nuestros océanos. 22 delegaciones llegaron a Australia para negociar de buena fe, pero, sin embargo, los sólidos argumentos científicos para la urgente protección marina fueron desviados del debate con intervenciones alejadas de la ciencia y burlándose de cualquier pretensión de deliberación real", ha añadido.
Además, denuncia que en vez de ofrecer una oposición razonada y basada en cuestiones científicas, algunas delegaciones como China y Rusia, usaron "tácticas dilatorias" para desmantelar y destruir enmiendas, por lo que "casi no queda tiempo para una discusión real" sobre la protección de las aguas antárticas.
"El único atisbo de esperanza llegó cuando los pequeños Ecosistemas Marinos Vulnerables identificados por Greenpeace en nuestra reciente expedición fueron aprobados para su protección", ha celebrado.
La asesora política de Greenpeace, Laura Mellers, ha criticado que el compromiso de China de ser los líderes ambientales y buscar un mundo con un futuro compartido para la humanidad parece haber pasado por alto a su delegación en la Comisión del Océano Antártico, que claramente no actuó con la buena fe que se espera en estas negociaciones. "China, al contrario, ha obstruido todas las oportunidades para cooperar y crear la mayor área marina protegida del mundo", ha criticado.
Respecto a Noruega, la dirigente ecologista ha denunciado que a pesar de estar de acuerdo con la propuesta el país nórdico decidió presentar su propia propuesta para dividir el área en dos, por lo que Greenpeace pide a Noruega que para llegar a un consenso establezca un plan de trabajo con un calendario claro en cuanto a cómo su propuesta contribuye al mandato de la Comisión de proceder con urgencia a la creación de una red de áreas marinas protegidas a gran escala.
Asimismo, acusa a Rusia de no actuar de buen fe después de que en 2016 acordó proteger el mar de Ross, y después solo ha perseguido los intereses de la pesca industrial al tiempo que ha impedido a la comisión cumplir con su mandato de crear una red de santuarios en el océano Antártico.
Marcos advierte de que si organismos como la Comisión del Océano Antártico continúan fallando en su mandato de conservar el océano, "claramente no son aptos para el propósito y no son parte de la solución"."Debemos centrarnos en las históricas negociaciones que están teniendo lugar en la ONU para lograr un Tratado Global de los Océanos", ha concluido.
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