Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han presentado un estudio que confirma que hubo sismicidad inducida en el proyecto Castor, según informa la institución.
El estudio relata que, el pasado 2 de septiembre de 2013, cuando comenzaron las operaciones de inyección en la plataforma de gas Castor, situada a 22 kilómetros de la costa de Castellón y con Vinaròs como población más próxima, empezaron a registrarse en la zona centenares de terremotos alcanzando algunos de ellos una intensidad de III en la escala EMS98. Esto provocó, según recuerda la investigación, que las obras operaciones se paralizaran dos semanas después.
Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con la Universidad Federico II de Napolés, ha confirmado que las operaciones de inyección desencadenaron la ocurrencia de sismos en las proximidades de la plataforma. El trabajo refuerza las aportaciones realizadas el pasado mes de mayo por el MIT y la Universidad de Harvard, que relacionaron los temblores con la inyección del gas.
"El inicio de las operaciones de inyección de gas vino acompañado de un notable aumento de la tasa de sismos en las proximidades del almacén submarino, que se situaba en una de las zonas con más baja sismicidad de la Comunidad Valenciana", explican las investigadoras del Grupo de Investigación en Ingeniería Sísmica de la ETSI de Topografía, Geodesia y Cartografía de la UPM, Sandra Ruiz y Belén Benito.
La sismicidad antes y después de la inyección de gas
El objetivo del trabajo publicado fue identificar variaciones en diferentes parámetros sísmicos que permiten describir la sismicidad antes y después de la inyección de gas, así como los cambios que esta inyección pudo causar en el patrón sísmico en la zona.
"También tratamos de encontrar indicadores que permitan predecir la evolución de la sismicidad asociada a este tipo de operaciones para garantizar la seguridad de la población", cuentan las investigadoras.
Como resultado de su trabajo estudio, que se acaba de publicar en Scientific Report (revista del grupo Nature), los expertos de la UPM y la Universidad Federico II de Napolés descubrieron que existen evidencias claras de cambios en el patrón de sismicidad antes y después de la inyección de gas, identificándose dos grupos de temblores con orígenes distintos.
"Nuestro trabajo muestra que la primera parte de la serie sísmica está directamente relacionada con los esfuerzos inducidos por las operaciones de inyección en la plataforma Castor (sismicidad inducida). No obstante, la segunda parte de la serie se asocia a la posible activación de una falla próxima debido a los cambios de esfuerzos locales como consecuencia del aumento de la presión de poros (sismicidad disparada)", relatan las investigadoras del grupo de la UPM.
El valor de los resultados obtenidos por los investigadores, que utilizaron para su estudio datos exclusivamente públicos registrados por la red sísmica del Instituto Geográfico Nacional, radica en que pueden ser usados como indicadores para monitorizar en el futuro la evolución de una serie sísmica y detectar posibles cambios de "sismicidad inducida" hacia "sismicidad disparada" de origen tectónico.
"El análisis estadístico de la variación temporal de los sismos que se registren durante operaciones de inyección o extracción de fluidos puede ayudar a identificar rápidamente anomalías en la tasa de ocurrencia de sismos y en la distribución de magnitudes y detectar así posible reactivación de fallas próximas que puedan generar sismos de mayor magnitud", explican las investigadoras.