Hasta 37.347 palestinos han sido asesinados y 85.372 han resultado heridos desde el comienzo de la guerra en Gaza, buena parte de ellos niños y mujeres.
Mientras, Israel continúa con su metódico avance sobre Rafah y los bombardeos generalizados por toda la Franja, el Plan Biden para llegar a un acuerdo de paz no recibe la aceptación de ambas partes.
Mapa de la situación de la ofensiva de Israel en Gaza
Desde hace semanas el principal frente bélico de Gaza es la operación israelí sobre la ciudad de Rafah, donde su ejército continúa con sus bombardeos y su lento pero inexorable avance sobre la ciudad. En esta operación han muerto varios soldados israelíes, víctimas de explosivos o ataques a alguno de los blindados que forman parte del ejército de Israel.
En el norte también ha habido una relativa intensificación de los bombardeos que ha dejado varios regueros de víctimas en la Ciudad de Gaza.
Los ataques israelíes también se han dirigido hacia Deir al Balah y los campos de refugiados de Maghazi y Nuseirat, ubicados en el centro de la geografía gazatí. Entre ellos fue especialmente grave el ataque contra una escuela de la ONU en Nuseirat, que dejó unas cuarenta víctimas mortales, aunque Israel argumentó que el complejo era utilizado por Hamás y que no le constó ninguna víctima civil.
Dentro de las operaciones de rescate de los rehenes tomados por Hamás el 7 de octubre, Israel considera que más de un tercio de ellos todavía sigue en Gaza, mientras que unos 120 ya habrían muerto.
La situación humanitaria y el éxodo de la población civil
Dentro de la dramática situación que vive la población gazatí, ha llegado un halo de esperanza con el anuncio del ejército israelí de realizar pausas tácticas de once horas diarias para permitir la distribución de ayuda humanitaria, aunque poco después Netanyahu corroborara que los combates en Rafah seguirían según lo previsto. Para permitir un mayor flujo de ayuda a la región, EE.UU. trató de volver a dejar operativo el muelle flotante que construyó y que debió ser reparado por un temporal.
Los refugiados palestinos siguen buscando un lugar donde cobijarse ante la masiva huida que debieron emprender tras el ataque israelí a Rafah. De hecho apenas 65.000 refugiados permanecen aún en la ciudad frente a los más de 1,4 millones que estaban allí antes de la invasión israelí.
En un gesto humanitario, Israel anunció también el cierre del campo de detención de palestinos capturados en la guerra que estaba situado en la prisión de Sde Teiman, en pleno desierto de Israel.
La cuestión diplomática y los países del entorno
El protagonismo que había tomado la propuesta de Joe Biden para alcanzar un acuerdo de paz recibió un serio revés con el atasco a la hora de aprobarla. Los mediadores intentaron reactivarla pero ambas partes se reafirmaron en sus líneas rojas a pesar de la presión internacional para llegar a un acuerdo, mostrada incluso mediante el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU.
Mientras Hamás podría dar su aprobación, Israel insiste en que la milicia palestina cambió las partes más significativas del acuerdo. En este sentido las líneas rojas de Hamás serían la retirada completa del ejército israelí, la libre circulación de personas y bienes por la Franja y la liberación de los presos palestinos que permanecen en las cárceles de Israel.
En el terreno político, Netanyahu afronta un nuevo protagonismo internacional al confirmar su presencia el 24 de julio ante el Congreso de EE.UU. para mostrar la versión de Israel en este conflicto. Además, ha disuelto el gabinete de guerra que creó tras los ataques de Hamás del 7 de octubre para evitar verse obligado a dar entrada en él a otros políticos más radicales.
En la región la tensión continúa en Cisjordania ante las sucesivas operaciones del ejército israelí y los ataques de colonos que dejan un continuo reguero de víctimas palestinas. Pero la mayor inquietud a nivel internacional reside en el Líbano, donde se reactiva el conflicto entre Israel y la milicia de Hezbolá, que ha intensificado el lanzamiento de cohetes. Varios enclaves del norte de Israel, bases militares y el territorio de los Altos del Golán han sido golpeados por proyectiles de Hezbolá. De hecho, en una operación israelí murió un alto dirigente de la milicia, que lanzó el mayor ataques de cohetes hasta el momento como represalia por los hechos. Esta escalada abre el temor de que esta tensión se descontrole y pueda llegar otro conflicto en la zona.
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