40.405 palestinos han sido asesinados y 93.468 han resultado heridos, buena parte de ellos niños y mujeres, desde el inicio de un conflicto en Gaza que, a pesar de las múltiples con versaciones de paz, no parece tener visos de alcanzar pronto un alto el fuego.
Mientras, la tensión se dispara en Oriente Próximo tras el asesinato del líder de Hamás en Teherán, acto que provocó la indignación de Irán, y la vorágine de hostilidades entre Israel y Hezbolá, culminada de momento con el bombardeo de bases de cohetes de la milicia por la aviación israelí y la respuesta con el lanzamiento de varios centenares de proyectiles contra el norte de Israel.
Mapa de la situación de la ofensiva de Israel en Gaza
A la vez que se han mantenido todo tipo de conversaciones de paz, Israel ha continuado con sus operaciones a lo largo de toda la Franja. La situación más grave del último mes se produjo en la capital gazatí, con el bombardeo de la escuela Al Tabin, que causó más de un centenar de víctimas mortales. El acto fue catalogado por los palestinos como un asesinato deliberado mientras que Israel alegó en su defensa que trataba de un centro de mando y de escondite de Hamás.
Jan Yunis es otro centro de la actividad israelí en Gaza. Tras una serie de operaciones que duraron varias semanas, Israel anunció la muerte del jefe militar de Hamás en Gaza. En otra de esas operaciones recuperó los cadáveres de seis de los rehenes que Hamás aún tenía en su poder. Pero la actividad no quedó ahí, y Jan Yunis volvió a ser víctima de la nueva táctica israelí de una evacuación previa a los bombardeos.
Estos llamamientos a la marcha de la población civil de un enclave antes de emprender sus operaciones también fueron realizados en Beit Hanoun, en el extremo norte de la Franja, y en Deir al Balah, en una zona central de Gaza especialmente golpeada junto a Bureij o Maghazi.
En el sur, los tanques israelíes realizaron disparos contra la zona de desplazados de Mawasi, al oeste de Rafah. En dicho enclave Israel continuó con su operación de limpieza hasta declarar como un éxito la eliminación de la brigada de Hamás que allí habían situado y que fue la excusa para emprender la operación de avance sobre Rafah.
La situación humanitaria y el éxodo de la población civil
Más de diez meses después del inicio del conflicto en Gaza la población sigue sumida en la miseria, con una total falta de productos de primera necesidad y sin posibilidad de asentarse en un hogar seguro, azotados por un continuo éxodo de sus hogares, ya sea para huir de la guerra o por mandato del ejército israelí horas antes de lanzar sus operaciones militares.
Esta penosa situación ha provocado el repunte y la reaparición de enfermedades que antes del conflicto se consideraban como controladas o erradicadas. En los últimos meses han aparecido casos de polio, hepatitis A, meningitis, diarrea, enfermedades cutáneas… Para intentar luchar contra esas epidemias y, sobre todo contra la polio, enfermedad que ya se había considerado como desaparecida, han llegado a Gaza más de 1,2 millones de vacunas contra dicha enfermedad.
Las fallidas conversaciones de paz
Durante los últimos días hubo una intensa actividad diplomática, con varios sectores centrados en unas negociaciones que llegaron a albergar esperanzas reales de un acuerdo de paz. Israel anunció el envío de una delegación a dichas conversaciones, mientras que Hamás renunció a asistir a esa ronda. A pesar del optimismo que los enviados de EE UU mostraron en sus declaraciones y las presiones aplicadas para aceptar las condiciones del pacto, las reuniones no llegaron a buen fin.
El punto más complejo es la ocupación militar israelí de la Franja, extremo que Hamás rechaza sin contemplaciones y cuya retirada podría ser alcanzada a tenor de las declaraciones de los negociadores. Pero el rechazo de Hamás de las condiciones del acuerdo propuestas por Israel ha llevado de nuevo la situación a una vía muerta.
El temor a una escalada bélica regional
Y mientras la situación interior sigue sin alcanzar una tregua, se dispara el temor de que derive en un conflicto generalizado en la zona con los nuevos frentes diplomáticos y militares de Irán y Líbano.
Ismail Haniya, líder de Hamás, murió en un ataque en Teherán, lugar donde se encontraba de visita oficial. Enseguida se atribuyó el ataque a Israel, aunque nunca lo reconociera abiertamente. En su funeral participaron miles de personas en una ceremonia oficiada por el líder supremo iraní.
Irán ha preferido adoptar una postura prudente y no apostar en un primer momento por entrar en una escalada de violencia, pero a la vez se ha mantenido firme en la idea de que debe castigar a Israel a su debido tiempo. Insistiendo en esta idea, también ha incidido sobre la pérdida del poder disuasorio de Israel en la región por su imposibilidad de evitar el ataque masivo de Hezbolá.
Con la milicia libanesa, Israel ha mantenido un continuo intercambio de hostilidades, con cohetes de Hezbolá mayoritariamente interceptados antes de caer en territorio israelí y consecuentes bombardeos en respuesta de su aviación. La tensión crecía en una espiral continua, incluso con embajadas extranjeras como la francesa que llamaban a sus ciudadanos a abandonar el Líbano. En todo este tiempo los hospitales libaneses han optado por prepararse con infraestructuras y materiales para una posible escalada del conflicto.
Pero el punto álgido del enfrentamiento llegó con el ataque del domingo 25 de agosto, donde mas de 300 cohetes de Hezbolá se dirigieron contra territorio israelí, situación que provocó la declaración de estado de emergencia militar. Horas antes del ataque, Israel había lanzado un centenar de cazas para destruir lanzaderas de proyectiles de la milicia, actuación tras la cual Hezbolá lanzó un ataque que sume la situación de Oriente Próximo bajo una nube de dudas.
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