Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) aumentaron un 4,46% en 2017 en España con respecto al año anterior, lo que supone el crecimiento anual más alto de emisiones desde 2002, año en que subieron las emisiones de este tipo un 4,8%, y después de que disminuyeran de 2015 a 2016.
Así lo revela el informe Evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero en España (1990-2017), elaborado por la Secretaría Confederal de Medio Ambiente y Movilidad de Comisiones Obreras (CCOO) y que ha sido presentado este miércoles en Madrid.
Tal y como pone de relieve el estudio, las emisiones de gases de efecto invernadero han ido aumentando de manera progresiva en España desde 2002 hasta 2005, pero los incrementos eran menores del porcentaje de aumento registrado en 2017. Aunque en 2006 se rompió esa tendencia de subida, en 2007 volvieron a incrementar, para volver a descender las emisiones de 2008 a 2013. En 2014 y 2015 se registraron de nuevo subidas (0,7% y 3,5% respectivamente) y en 2016 descendieron un 3,3%.
Según el informe, después del aumento experimentado en 2017, las emisiones alcanzan los 339,2 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalentes, lo que representa un incremento respecto a 1990, año base del informe, del 17,91%. Durante este año las emisiones alcanzaban los 287,7 millones de toneladas de CO2 equivalentes.
Los investigadores que han realizado el documento atribuyen este aumento, en gran parte, al aumento del 21% de la utilización de carbón para la generación eléctrica, así como del gas natural en las centrales de ciclo combinado en un 31,8%. Además, exponen que en 2017 el consumo de petróleo creció un 0,5% y el gas natural un 9,8%. Asimismo, recuerdan que 2017 fue un año muy seco, lo que se tradujo en una escasa producción eléctrica hidráulica, que no pudo cubrirse con otras renovables.
El informe elaborado por CCOO critica que España sigue siendo uno de los países industrializados donde más han aumentado las emisiones y sigue necesitando un importante esfuerzo para alcanzar los objetivos para 2030.
Por sectores, el de la Energía se posiciona como el mayor responsable del conjunto de las emisiones, pues en 2017 representó el 76,1% del total (si se consideran los sumideros). Las mayores emisiones se deben a la generación de electricidad y al transporte por carretera. El resto corresponde a las 10 refinerías de petróleo, consumos energéticos de la industria, transporte aéreo interior (no incluye el transporte aéreo con otros países), usos residenciales (sobre todo calefacción y agua caliente sanitaria) y servicios.
Por su parte, los procesos industriales distintos a la combustión fósil, como la producción de cemento, industria química y metalúrgica, representaron en 2017 el 9,6% del total de emisiones de CO2 equivalente.
Mientras, la agricultura y la ganadería supusieron el 10,1%, con un aumento muy inferior al de los otros sectores emisores, y el sector de los residuos representaron el 4,2%.
Una "pésima noticia" para los ecologistas
Organizaciones ecologistas como Ecologistas en Acción y Greenpeace han calificado de "muy mala" y "pésima noticia" el incremento, de un 4,46%, de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en España en 2017, y han atribuido al Gobierno este aumento, el más alto desde 2002, por lo que han pedido planificación para evitar más incrementos.
Según indica a Europa Press el coordinador de Cambio Climático de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz, los datos presentados por el sindicato "ratifican" que España "sigue teniendo una economía acoplada a la dependencia de los combustibles fósiles y a las emisiones de GEI".
A su juicio, se trata de una "pésima noticia" aunque "esperada" porque sigue la tendencia de los últimos años. Según recuerda, sólo ha habido "reducciones reales" de las emisiones de GEI en los años de la crisis económica, pero después las emisiones han seguido subiendo y, si ha habido un año en que bajaron, se debió a un "truco", como sucedió en 2016, pues la producción hidráulica "enmascara" los datos.
Andaluz atribuye este incremento récord a las actuaciones del Ejecutivo, pues "el Gobierno de España no está haciendo nada en la lucha contra el cambio climático" y "está muy lejos" de cumplir los acuerdos establecidos en la Cumbre de París, por lo que pronostica que para este año todos los indicadores seguirán subiendo, aunque "no tanto" como ha ocurrido en 2017 porque este 2018, al haber tenido una primavera lluviosa, la producción hidráulica aumenta y, por tanto, "enmascara las emisiones".
Para la responsable de Cambio Climático de Greenpeace, Tatiana Nuño, este aumento también es una "noticia muy mala" porque, según comenta, España es uno de los países más afectados por el cambio climático, es el cuarto país de Europa que más ha aumentado sus emisiones de CO2, y el sexto, también de Europa, que más emisiones produce, por lo que resalta la "enorme responsabilidad" de España a la hora de cumplir con los Acuerdos de París.
"Parece que le estamos dando la espalda a la importancia de la transición energética, somos un país diamante en bruto en cuanto a energías renovables, no tenemos un mix energético renovable que sea inteligente y eficiente", lamenta Nuño, que también atribuye al Gobierno este aumento.
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