Casi tres cuartas partes de las 184 promesas climáticas hechas en virtud del Acuerdo de París destinadas a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero son inadecuadas para frenar el cambio climático, y algunos de los mayores emisores del mundo continuarán aumentando las emisiones, según un panel de científicos climáticos de clase mundial.
'La verdad detrás de las promesas climáticas', un nuevo informe publicado por el Fondo Ecológico Universal, examina en gran detalle las 184 promesas voluntarias en virtud del Acuerdo de París, el primer esfuerzo global colectivo para abordar el cambio climático.
"El examen exhaustivo encontró que, con pocas excepciones, las promesas de naciones ricas, de ingresos medios y pobres son insuficientes para abordar el cambio climático", asegura Sir Robert Watson, ex presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático y coautor del informe. "Simplemente, las promesas son demasiado pequeñas, demasiado tarde", remacha.
De 184 compromisos, casi el 75% se consideró insuficiente para evitar que el cambio climático continúe acelerándose en la próxima década, según el informe y sus coautores.
Así, solo 36 se consideraron suficientes en función de los compromisos de reducir las emisiones en al menos un 40% para 2030; 12 se consideraron parcialmente suficientes para reducir las emisiones entre 40-20% para 2030; 136 promesas fueron parcial o totalmente insuficientes.
"Según nuestro análisis minucioso de las promesas climáticas, es ingenuo esperar que los esfuerzos actuales del gobierno desaceleren sustancialmente el cambio climático", añade el doctor James McCarthy, profesor de Oceanografía en la Universidad de Harvard y coautor del informe. "Si no se reducen las emisiones de manera drástica y rápida, se producirá un desastre ambiental y económico debido al cambio climático inducido por el hombre".
Algo más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), el principal impulsor del cambio climático, proviene de cuatro naciones: China con 26,8% de las emisiones mundiales de GEI, Estados Unidos (13,1%), India (7%) y Rusia (4,6%).
China e India han presentado compromisos para reducir su intensidad de emisiones en relación con el PIB para 2030, que probablemente se cumplirán, pero sus emisiones continuarán aumentando en la próxima década debido al crecimiento económico.
Estados Unidos ha notificado su intención de retirarse del Acuerdo de París. La Administración Trump ha reducido las principales regulaciones federales destinadas a frenar las emisiones. Por lo tanto, la promesa de Estados Unidos presentada por la Administración de Obama de reducir las emisiones en un 26-28% para 2025 está en "limbo".
Debido a la reversión en la política federal, el informe clasifica de insuficiente el compromiso de Estados Unidos. Solo la Unión Europea (con sus 28 Estados miembros), uno de los cinco principales emisores de GEI con el 9% del total mundial, ha adoptado una postura agresiva contra el cambio climático.
Se espera que la UE reduzca las emisiones de GEI en un 58% por debajo del nivel de 1990 para 2030. Esto excede el compromiso de la UE de "al menos el 40% de las emisiones de GEI por debajo del nivel de 1990".
Las 152 promesas restantes son de naciones responsables del 32,5% de las emisiones globales de GEI. De ese total, 127 países o casi el 70% han presentado planes condicionales para reducir las emisiones de GEI. Tanto Estados Unidos como Australia han dejado de hacer contribuciones y Rusia ni siquiera ha presentado una promesa climática.
Otro indicador que refleja la falta de acción para combatir el cambio climático: el 97% de las 184 promesas climáticas son las mismas que se presentaron inicialmente en 2015-2016 después de la adopción del Acuerdo de París. Solo seis países han revisado sus promesas: 4 países aumentaron su plan para reducir las emisiones; 2 naciones debilitaron sus promesas.
"Las promesas actuales no resolverán el desafío del cambio climático, porque las emisiones globales de GEI deben reducirse a la mitad para la próxima década y cero a mediados de siglo", insiste el doctor Nebojsa Nakicenovic, exdirector de Evaluación de Energía Global, exautor Principal Convocante del Grupo de trabajo III del IPCC y coautor del informe. "En el mejor de los casos, solo posponen el problema unos años".
Consecuencias directas
Si las naciones no logran reducir a la mitad las emisiones de GEI en la próxima década, el número de huracanes, tormentas severas, incendios forestales y sequías probablemente se duplicará y su intensidad y pérdidas económicas, supondrá un coste de 2.000 millones de dólares (2.226 millones de euros) al día para 2030.
Cambiar la generación de electricidad del carbón a las energías renovables puede reducir rápidamente las emisiones de CO2 y es imperativo aumentar la eficiencia energética, lo que puede reducir las emisiones de CO2 en un 40% para 2040, según la Agencia Internacional de Energía.
"Desde el uso de automóviles y electricidad en el hogar hasta los procesos industriales, el potencial de mejora de la eficiencia en el uso de energía es tan grande que los niveles actuales de uso de energía serían suficientes para proporcionar todos los servicios de energía para 2030", calcula Nakicenovic. "Este es un elemento crítico, ya que se espera que la población mundial sea de 8.500 millones en una década o 1.200 millones de personas adicionales".
China es, con mucho, el mayor emisor de GEI y CO2 del mundo, con el 27 y 29%, respectivamente. Desde 1990, sus emisiones de carbono por persona se han cuadruplicado, hasta 8 toneladas de CO2 por persona anualmente en 2018. China hizo una promesa climática incondicional "para reducir las emisiones de CO2 por unidad de Producto Interno Bruto (PIB) en un 60-65% desde el nivel de 2005 para 2030".
El país ha reducido su intensidad de emisión desde 2005. Los autores creen probable que su promesa se cumpla, aunque también es insuficiente para contribuir a reducir las emisiones globales en un 50% para 2030.
Estados Unidos, el segundo mayor emisor de GEI y CO2, con el 13 y 14% respectivamente, sus emisiones de CO2 por persona se encuentran entre las más altas a nivel mundial.
En 2015, se comprometió a reducir las emisiones de GEI en un 26-28% por debajo de los niveles de 2005 para 2025, pero en 2017, Trump anunció su intención de retirarse del Acuerdo de París.
Rusia, con un 4,6% de las emisiones mundiales de GEI, no ha presentado una promesa al Acuerdo de París, mientras la Unión Europea, tercer mayor emisor de GEI y CO2 a nivel mundial, representa el 9 y el 10%, respectivamente.
La UE ya ha reducido sus emisiones de GEI y CO2 en un 17% y 22%, respectivamente, por debajo del nivel de 1990 en 2018. Algunos Estados miembros de la UE todavía dependen de los combustibles fósiles para su generación de electricidad y calor. Los principales contribuyentes de CO2 en 2017 fueron Alemania (22%), el Reino Unido (10,7%), Italia (10%), Polonia (9,6%) y Francia (9,3 %).
La UE y sus 28 Estados miembros presentaron una promesa climática legalmente vinculante para "reducir las emisiones de GEI en al menos un 40% por debajo del nivel de 1990" para 2030. Para cumplir este objetivo, la UE adoptó un gran paquete de medidas en 2018 destinadas a acelerar la reducción de las emisiones de GEI, por lo que la promesa de la UE se consideró suficiente en el informe.
Las 152 promesas restantes representan el 32,5% de las emisiones globales de GEI. De ellas, 127 o casi el 70% son total o parcialmente condicionales, lo que significa que dependen de la financiación de las naciones ricas, de la transferencia de tecnología y el desarrollo de capacidades para su implantación completa.
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