"Con la acción ejecutiva, estoy dando un paso histórico para levantar las restricciones sobre la energía estadounidense, revertir el intrusismo del Gobierno y cancelar las regulaciones que destruyen empleos", ha defendido Trump. "Mi Administración va a terminar con la guerra contra el carbón", ha subrayado. El presidente, como ha hecho con algunas otras medidas polémicas, ha recordado durante el acto de firma que se está limitando a "cumplir una promesa" que planteó en campaña. Trump no ha ocultado su deseo de anteponer el crecimiento económico por encima de otro tipo de consideraciones.
El decreto de este martes ordena a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) que comience a desmontar el Plan de Energía Limpia, una regulación de 2015 que obligaba a las plantas energéticas a recortar las emisiones de gases contaminantes.
También se revisarán la moratoria para los permisos de explotación de carbón, las regulaciones sobre emisiones de metano y la técnica de fracturación hidráulica (fracking), la incorporación de protocolos medioambientales en proyectos federales y el denominado "coste social del carbono".
“El calentamiento global fue creado por los chinos”
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, ha evitado responder este martes de forma clara a la pregunta de un periodista que le planteaba si Trump seguía pensando que el cambio climático era "un fraude total", como afirmó el magnate en diciembre de 2013 en Twitter. Un año antes, Trump llegó a decir que "el calentamiento global fue creado por los chinos para hacer menos competitivas a las empresas estadounidenses", según el portal de noticias Politico.
Spicer ha alegado que "el presidente cree que proteger el medio ambiente y promover la economía no son objetivos excluyentes" y ha explicado que la nueva orden ejecutiva contribuirá a que los estadounidenses tengan "aire y agua limpios" sin "sacrificar" el crecimiento económico y la creación de empleo.
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