El nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este martes dos órdenes ejecutivas de las cuales se desprende que se reactivan los polémicos proyectos oleoductos Keystone XL y Dakota Acces vetados y paralizados por Barack Obama meses atrás, tras duras críticas y movilizaciones ciudadanas de activistas y ecologistas.
El enorme oleoducto Keystone XL al que la administración Obama se opuso semanas antes de Cumbre del Clima de París consiste en 2.700 kilómetros de canalización que conectaría los yacimientos de arenas bituminosas de la provincia de Alberta en Canadá con Seteele City en Nebraska para distribuir el crudo en el centro y el sur de EE UU.
El otro gran proyecto para el transporte canalizado de crudo, que Trump ha resucitado, es el proyecto Dakota Acces de 1.885 kilómetros de longitud y 760 milímetros de diámetro que debería transportar 500.000 barriles de petróleo diarios obtenidos en yacimientos bituminosos de Baken y Three Forks (Dakota del Norte), explotados mediante el contaminante sistema de fracking. Se temía por la llegada de enero y llegó. El 20 de este mes Donald Trump asumió la presidencia de los Estados Unidos en el acto de toma de posesión en el que muchos han catalogado de incendiario en la que trazaba las líneas maestras de lo que se prevé que será su mandato.Cambio de política medioambiental
Así se evidencia la nueva deriva en políticas claramente involucionistas en cuestiones medioambientales ya que no ha Trump tardado en hacer efectivas algunas de las medidas que ya había anunciado en campaña electoral consistentes en revocar las decisiones de la antigua administración Obama sobre dos de los proyectos de oleoductos como Keystone XL y Dakota Access.
Casi imposibles pueden parecer ya los días no tan lejanos –hace pocos meses– en los que con ilusión Barack Obama pronunciaba: "Estados Unidos es ahora un líder mundial cuando se trata de tomar medidas serias sobre el cambio climático", tras anunciar su veto al Keystone XL, una ficción que ha durado bien poco con la entrada del nuevo inquilino republicano de la Casa Blanca.
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