Los países de la Unión Europea han dado su aprobación a la propuesta elaborada por la Comisión Europea para financiar el rearme.
Esta iniciativa les servirá en teoría para lograr una mayor autonomía en cuestiones de defensa con respecto a Estados Unidos tras la polémica surgida por la actitud de Donald Trump con respecto a la tregua en Ucrania y sus amenazas de no defender a los países de la OTAN que no aumenten su gasto e inversión en defensa.
Los principales puntos del acuerdo

En la cumbre extraordinaria convocada por Antonio Costa, presidente del Consejo Europeo, los países de la UE han acordado una serie de medidas encaminadas a incrementar el gasto e inversión en seguridad y defensa. Esta iniciativa supondrá un gasto conjunto de unos 800.000 millones de euros aproximadamente. Esta gran inversión de dinero podrá ser movilizada por los países miembros tras haber alcanzado varios acuerdos que permiten una mayor flexibilidad en las exigencias económicas y de austeridad a las que se encuentran sujetos.
Así, para favorecer las iniciativas de los distintos países, se creará un instrumento de créditos para inversiones militares que podrá alcanzar los 150.000 millones de euros, que serán financiados principalmente a través de emisiones de deuda. Además, los países de la UE podrán activar la cláusula de escape, para que estas inversiones en defensa no computen en sus límites de déficit excesivo y no se conviertan en una barrera para la inversión. En este mismo sentido, también se van a flexibilizar las partidas de cohesión, con la posibilidad de reorientar cierta cantidad de los fondos europeos recibidos hacia el gasto en seguridad y defensa.
Como destino de estas inversiones se han identificado varios ámbitos prioritarios de refuerzo. En primer lugar se han citado las defensas antiaéreas, los sistemas de artillería y los drones y antidrones. También se enfocarán buena parte del gasto hacia la protección de infraestructuras críticas, la movilidad militar, la inteligencia artificial y ciberseguridad.
Impacto sobre la guerra de Ucrania
Además de las medidas mencionadas, aplicables a la mayoría de países de los veintisiete, hay algunas menciones especiales sobre el conflicto en Ucrania, cuyo proceso de paz parece en un punto muerto tras el polémico enfrentamiento de Donald Trump en la Casa Blanca con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
Zelenski, que fue invitado a la cumbre, ha propuesto llegar a una tregua aérea y marítima en el conflicto con Rusia como un primer paso en una desescalada que pudiera desembocar en un alto el fuego. De cara a afrontar dicha tregua, la Unión Europea ha defendido con vigor la absoluta necesidad de la presencia ucraniana en cualquier tipo de negociación respecto al conflicto. Asimismo, también exige la presencia de Europa en cualquier reunión donde se trate la resolución de la guerra y, por ende, el futuro del continente.
De estas resoluciones específicas enfocadas hacia la guerra de Ucrania ha vuelto a desmarcarse Hungría, donde Viktor Orban ha rechazado el apoyo militar a Kiev mientras sigue reclamando una solución pacífica al conflicto.
La implicación de España
Una de las medidas tomadas en la cumbre ha incidido en la protección de las fronteras de los países europeos, con especial hincapié en las fronteras orientales. En esta cuestión, Italia y España han presionado para que también se incluyera en los acuerdos la necesidad de protección del flanco sur.
Con relación a estas medidas, Pedro Sánchez ha defendido este proceso de rearme de Europa y ha confirmado que el Gobierno de España aumentará el gasto en defensa, con una previsión de alcanzar el 2% del PIB para 2029, aunque ha evitado dar más detalles de cómo afrontará este proceso.
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