La población del gorrión común ha descendido un 7% entre 2015 y 2016 y su población reproductora se ha reducido en 25 millones de ejemplares en los últimos 18 años (15%), según datos de SEO/BirdLife, que denuncia que los individuos que viven en las ciudades tienen anemia, malnutrición y un funcionamiento deficitario de sus sistemas de defensa antioxidante.
Así, la especie, que fue designada Ave del Año de 2016 termina su año con datos "no muy especialmente buenos" para los gorriones, que según valora la ONG es una de las que mejor representa mejor la convivencia entre seres humanos y aves silvestres.
Por ello, plantea que la mejora de la calidad del aire y la adopción de planes de urbanismo que incluyan una mayor densidad de espacios verdes pensados para el uso no sólo de los ciudadanos, sino también para cubrir las necesidades de otras especies urbanas, mejoraría de forma sustancial la viabilidad de las poblaciones de gorriones y otras muchas especies en entornos urbanos.
El gorrión común es difícil de ver en los lugares que no están habitados ni tienen actividad humana, porque es muy dependiente de estos, de modo que la organización señala que si escasea en las zonas donde debería estar presente, las alarmas saltan y supone un indicativo de que "algo va mal".
En este contexto, denuncia que en la actualidad los gorriones están desapareciendo de espacios que en absoluto están abandonados por el ser humano y diferentes estudios han alertado de su declive. Así, precisan que los ejemplares que viven en las grandes ciudades desaparecen a mayor velocidad y que en las grandes urbes como Londres o Pekín hay una creciente preocupación ya que apenas se ven por la calle.
A nivel nacional, en España su declive llega hasta el 15% entre 1998 y 2016 y en el conjunto del continente europeo, donde hay datos desde 1980 a 2013, el descenso alcanza una cifra significativamente mayor, del 63%. Tan sólo en Gran Bretaña se han perdido 10 millones de individuos entre 1970 y 1980, tanto en el campo como en la ciudad.
Mal estado de salud
La ONG destaca que los datos se recaban con la información de miles de voluntarios que participan en los programas de seguimiento de SEO/BirdLife, en el que se anotan y comunican sus observaciones a los técnicos, así como los datos de aficionados a través de la aplicación móvil e-bird.
Para el coordinador del área de Seguimiento y Estudio de las Aves de SEO/BirdLife, Juan Carlos del Moral, el análisis, que incluye los datos de la primavera de 2016 muestra "un nuevo bajón de la población" del gorrión común.
A este respecto, ha explicado que es "normal" que las especies de tamaño pequeño tengan fluctuaciones de población grandes, ya que son aves que se reproducen una, dos o tres veces durante la primavera y sacan adelante varios pollos en cada una de esas reproducciones.
Sin embargo, ha incidido en que cada vez son menos los pollos que logran sobrevivir y menos las veces que se reproducen por lo que, aunque en primaveras con buenas características se recupera algo su población, en temporadas peores los bajones son acusados.
"Este fenómeno ha provocado que el declive del gorrión común en España llegue al 15% desde que tenemos registros, en 1998", concluye del Moral.
En cuanto a las causas de la desaparición del gorrión, los distintos análisis concluyen que los individuos que viven en el interior de localidades de carácter más urbano presentan anemia, malnutrición y un funcionamiento deficitario de sus sistemas de defensa antioxidante. Sin embargo, las aves de las periferias de los núcleos urbanos y que, por tanto, viven en entornos más rurales no presentaban ese deterioro.
El mal estado de la salud de las aves parece estar relacionado con el exceso de contaminación atmosférica y la falta de alimentos necesarios para el mantenimiento de una dieta equilibrada.
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