Imagínate que toda la población de tu ciudad natal tiene que vivir en una décima parte de la tierra de la que solía: elementos básicos como comida y refugio rápidamente escasearían y sería casi imposible que la población se mantuviera sola. Esto, a grandes rasgos, es lo que está sucediendo con la flora y la fauna del Bosque Atlántico, el segundo sistema forestal más biodiverso de Sudamérica, después del Amazonas.
Abarcando la costa atlántica de Brasil en el este de Paraguay y Argentina, el Bosque Atlántico una vez cubrió aproximadamente 463.000 millas cuadradas (1.199,16 kilómetros cuadrados) de hábitat. Hoy, solo permanece entre el 8 y 12% de este espacio de hábitat original. La deforestación representa una amenaza sustancial para las especies de plantas y animales nativas de la región, y para los mamíferos en particular, la pérdida de hábitat es el principal factor de extinción.
Esto, por supuesto, es una realidad preocupante para los científicos que estudian los mamíferos de la Mata Atlántica. Preocupados porque las especies están desapareciendo a un ritmo más rápido de lo que pueden ser estudiadas, 96 de estos científicos han escrito un artículo que se publica en Ecology en el que catalogan rasgos tales como la masa corporal, los atributos reproductivos y la longitud de la cola en mamíferos nativos del Bosque Atlántico.
Para dar una idea de la escala del proyecto: los 96 coautores de este documento recopilaron la información de los rasgos de 39.850 individuos de 279 especies diferentes de mamíferos y 388 poblaciones separadas. "Este es el primer conjunto de datos comprensivos de los datos de rasgos de mamíferos de este sistema forestal", destaca uno de los autores, Noe de la Sancha, coautor e investigador asociado en Field Museum en Chicago, Estados Unidos.
"Queríamos crear un recurso para que los científicos no tuvieran que cavar en todos los museos de historia natural en el país para encontrar estos datos. Es un trampolín para futuras investigaciones, ponerlo a disposición de todos, es realmente un gran cambio en la ciencia", agrega este investigador.
De la Sancha explicó que cuando los zoólogos dependen únicamente de sus propios datos, están limitados en cuanto a las preguntas que pueden formular y responder. Un ejemplo: la investigación de De la Sancha se centra específicamente en roedores y marsupiales en el este de Paraguay. Ha realizado años de trabajo de campo, recogiendo miles de especímenes y escribiendo docenas de documentos en el camino.
Aun así, si él quisiera descubrir cómo los pequeños mamíferos que estudia desarrollaron sus características durante miles de años, o cómo terminaron en el este de Paraguay en primer lugar, tendría que buscar más evidencia en otros lugares, probablemente de museos de historia natural en Estados Unidos o en el extranjero, lo que podría llevarle mucho tiempo y ser costoso.
"Para este documento, todos arrojaron sus datos a este amplio y extenso colectivo –relata De la Sancha–. Estamos reuniendo las piezas del rompecabezas. Con más datos disponibles, podemos comenzar a hacer preguntas más interesantes: preguntas sobre ecología y modelado que tienen un impacto más serio que los descriptores superficiales".
El autor principal Fernando Goncalves, estudiante graduado de la Universidade Estadual Paulista (UNESP, por sus siglas en inglés) en Sao Paulo, Brasil, coincidió con De la Sancha en que este documento amplía las posibilidades de investigación zoológica y ecológica.
"Noventa y seis autores aceptaron el desafío de volver a sus notas de campo y enviar tanta información sobre los rasgos morfológicos de los mamíferos como pudieron", subraya Goncalves. "Y gracias a ellos, podremos proporcionar datos brutos para estudios ecológicos y evolutivos para investigadores de todo el mundo", plantea.
Una región a proteger
Este documento es un paso crítico, y urgente, en la dirección correcta, ya que proporciona a los científicos una amplia gama de herramientas de investigación a medida que los hábitats de la Mata Atlántica continúan disminuyendo. A su vez, estos científicos esperan llamar la atención sobre el Bosque Atlántico como una región a proteger, para que puedan continuar sus estudios y aprender más sobre el impacto de factores como el cambio climático y la actividad humana en estas especies de mamíferos.
"Todavía hay mucho que desconocemos sobre nuestra biodiversidad, y como consecuencia, no sabemos qué estamos perdiendo", enfatiza de la Sancha, quien espera que este documento, además de servir como un recurso para colegas científicos, resalte la importancia de las especies de mamíferos para el ecosistema de la Mata Atlántica. Este experto está particularmente apasionado por el papel de los pequeños mamíferos en este ecosistema.
"Estos son los tipos que manejan el mundo", afirma de la Sancha en alusión a las ratas de su laboratorio. "Son roedores. No son primates, leones ni osos. Los roedores son el grupo más importante de mamíferos, la base de la mayoría de las cadenas alimentarias. Dispersan semillas de árboles y esporas de hongos. También actúan como vectores de varios tipos de enfermedades que podrían afectarnos. Y la mejor manera de atacar esas enfermedades es estudiar las ratas afectadas y por qué", explica.
De la Sancha ve sus contribuciones a este papel como "poner mi grano de arena en la playa, por así decirlo". Y su investigación, junto con los otros 95 granos de arena que componen este documento, podría tener un impacto real y tangible en la forma en que se estudia y se cuida el Bosque Atlántico. "Con un poco de suerte, si este tipo de artículos comienzan a llamar la atención, la gente comenzará a valorar lo que tienen en sus patios traseros –sugiere de la Sancha–. Este documento destaca la importancia de este sistema forestal, y que potencialmente podría impulsar a los locales a conservarlo".
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