Después de múltiples alertas y sucesivos enjambres de terremotos que tenían en vilo a la isla atlántica, el volcán islandés de Grindavik entró finalmente en erupción.
La fisura abierta en las proximidades de Grindavik, al suroeste de la isla, emite abundante lava y ha despertado la alerta ante otras posibles erupciones similares.
La erupción del volcán de Grindavik
A las 22.17, hora local, del lunes 18 de diciembre comenzó la erupción a unos cuatro kilómetros de la localidad de Grindavik. Este pueblo, de más de 3.000 habitantes, ya había sido evacuado hace más de un mes cuando se desató la alerta en la isla. El gran aumento sísmico en la zona desde finales de octubre hacía presagiar una erupción inminente que finalmente se ha ido dilatando hasta ahora.
La lava comenzó a salir por una grieta de una longitud superior a tres kilómetros, emitiendo un flujo de unos 100 metros cúbicos por segundo, cantidad que, con el paso de las horas, se ha ido moderando hasta los 30 actuales. A partir de esta primera emisión se ciernen las dudas sobre si se abrirán otras nuevas fisuras o si bien se va a concentrar en torno a un punto central de salida.
La erupción prácticamente puede verse desde Reikiavik. La capital islandesa está situada a unos 40 kilómetros del lugar y desde allí pueden percibirse algunas vibraciones, humo y se vislumbra el rojo brillante de la lava lejana. Por el momento no se contempla un escenario de riesgo inminente para la población de la zona gracias a la pronta evacuación de Grindavik, pero la calidad del aire comienza a verse afectada.
La erupción se ha dado en una zona por encima del mar, no generando grandes cenizas ni sufriendo vientos que puedan dispersar el humo, aunque la situación podría cambiar si llegase hasta el Atlántico. De momento no hay afectación a los vuelos y el cercano aeropuerto de Keflavik, el único aeródromo internacional de la isla, no ha visto modificada su actividad. Así, la moderada emisión de cenizas de esta erupción aleja momentáneamente la sombra del Eyjafjallajökull, centrándose la atención en la abundante emisión de lava que podría ir amainando poco a poco en una erupción que podría durar entre una y dos semanas.
Islandia, una isla volcánica
Islandia es una isla volcánica situada en el Atlántico Norte donde las erupciones volcánicas son muy frecuentes. De hecho esta es la cuarta actividad volcánica de importancia en esta zona de la isla en los últimos años. En Islandia hay más de 30 sistemas volcánicos y más de un centenar de montañas volcánicas detectados en una zona geológicamente muy activa, ya que se sitúa en plena dorsal del Atlántico Medio. Esta brecha cruza dicho océano de norte a sur en la zona de separación de la placa Americana y Euroasiática y es un frecuente punto de emisión de magma.
En esta erupción ha destacado el seguimiento del proceso preeruptivo, con toda una serie de enjambres sísmicos que preludiaban la emisión. Estos terremotos han ido fracturando todo el subsuelo, permitiendo que el magma se repartiera por dichas fracturas sin necesidad de llegar hasta la superficie. Estas rupturas han dilatado la erupción desde las primeras alertas a finales de octubre hasta el lunes 18 de diciembre.
La erupción del volcán de Grindavik surge bajo la sombra del Eyjafjallajökull, situado a unos 150 kilómetros al este, y que provocó la mayor paralización reciente del tráfico aéreo con su erupción en 2010. La inmensa nube de cenizas que generó el volcán provocó el cierre del tráfico aéreo en Europa, la cancelación de decenas de miles de vuelos y el desconcierto y caos en los transportes europeos. Dicha erupción generó una gran nube de ceniza por su explosividad al encontrarse en contacto con agua cercana de un glaciar, situación de la que la actual situación parece lejana.
Ademásde este volcán hay otros muchos que amenazan Islandia, entre los que destacan el Grimsvötn, uno de los más activos de la isla; el Hekla, también de erupción fisural; y el Katla, cubierto de gran cantidad de hielo y rodeado de zonas habitadas.
Clasificación de los volcanes por formaciones geológicas
La diversidad geológica de los volcanes permite su clasificación en distintos tipos, cada uno con características únicas. Aunque muchos volcanes pueden mostrar más de una característica, resaltamos seis tipos comunes en función de su estructura y morfología.
- Caldera: Resultado de erupciones monumentales, los volcanes de tipo caldera se forman cuando la parte central colapsa, creando una profunda depresión. Este tipo de formación revela la magnitud de las erupciones pasadas.
- Fisural: Los volcanes fisurales, o fisuras volcánicas, se caracterizan por una grieta en la superficie terrestre que sigue una línea o fractura. A lo largo de esta fisura, que puede extenderse por varios kilómetros, el magma asciende, manifestando un tipo único de actividad volcánica. El volcán de Grindavik en Islandia que ha entrado en erupción es de tipo fisural.
- Escudo: En los volcanes en forma de escudo, la lava emerge alrededor de la caldera a través de pequeñas fisuras, formando elevaciones suaves en el terreno. Estas elevaciones son resultado de la superposición de lavas altamente fluidas.
- Domo: Los volcanes con características de domo suelen ser de tamaño modesto debido a erupciones lentas de magma viscoso. La lava, que no fluye lejos del cráter, forma un domo en la cima del volcán.
- Escoria: Caracterizados por su tamaño relativamente pequeño, los volcanes de escoria se forman por la acumulación de cenizas y fragmentos volcánicos alrededor de la chimenea. Este tipo de formación resulta del enfriamiento rápido de los materiales expulsados durante la erupción.
- Estratovolcán: Con una forma icónica que se asemeja a la imagen clásica de un volcán, el estratovolcán se construye con capas o estratos de lava endurecida tras cada erupción. Estos volcanes suelen ser de gran altura y representan uno de los tipos más reconocidos.
Esta variedad de tipos de volcanes destaca la riqueza geológica de nuestro planeta, revelando las diversas fuerzas y procesos que dan forma a la superficie terrestre a lo largo del tiempo.
Tipos de volcanes por peligrosidad en la Tierra
El estudio del Programa Global de Vulcanismo de la Smithsonian Institution (1) ha identificado 187 "volcanes notables", destacando su peligrosidad debido a diversas características que representan amenazas para el entorno y las áreas pobladas circundantes.
- Gran erupción: Se consideran peligrosos aquellos volcanes que alcanzan un índice de explosividad volcánica (IEV) superior a 5 en una escala del 1 al 8. Estas erupciones masivas pueden tener consecuencias devastadoras para el entorno y las poblaciones cercanas.
- Múltiples erupciones grandes: Otro criterio de riesgo son los volcanes que han experimentado episodios de grandes erupciones múltiples en el Holoceno (últimos 10.000 años) con un IEV igual o superior a 5. La repetición de eventos explosivos sugiere una mayor probabilidad de riesgo continuo.
- Erupción de alta mortalidad: Se identifican como peligrosos aquellos volcanes que han causado 100 o más muertes en una sola erupción. Estos eventos catastróficos tienen un impacto humano significativo.
- Frecuentemente activa: Los volcanes que han tenido al menos una erupción en al menos 25 de los últimos 100 años (desde 1920) se consideran una amenaza continua. Su actividad frecuente indica la posibilidad de eventos eruptivos recurrentes.
- Derrame significativo de lava: Aquellos volcanes que han expulsado más de un kilómetro cúbico de lava en los últimos 2.000 años se clasifican como peligrosos. El derrame continuo de grandes cantidades de lava puede tener consecuencias sustanciales para las áreas circundantes.
Este análisis detallado proporciona una visión integral de los volcanes más peligrosos, destacando la necesidad de una monitorización constante y estrategias de mitigación de riesgos en las regiones afectadas. La comprensión de estas características es fundamental para la seguridad pública y la preparación ante posibles eventos eruptivos.
Los 10 volcanes más peligrosos del mundo
El Programa Global de Vulcanismo de la Smithsonian Institution ha destacado los 10 volcanes más peligrosos, clasificándolos según su riesgo y potencial de actividad eruptiva hasta la fecha del 27 de enero de 2022.
- Vesubio (Italia): Situado frente a la bahía de Nápoles, este estratovolcán de 1.281 metros de altura ha tenido múltiples erupciones grandes, siendo considerado de alta mortalidad. La última erupción fue en marzo de 1944.
- Estrómboli (Italia): Ubicado en la isla del mismo nombre en Sicilia, este estratovolcán de 924 metros ha mantenido su actividad durante los últimos 2.000 años. Su última erupción ocurrió en 1980.
- Etna (Italia): En la costa de Sicilia, cerca de Catania, este estratovolcán de 3.357 metros entró en erupción en agosto de 2021. Con una frecuencia eruptiva alta, el Etna produce grandes erupciones con derrames significativos de lava.
- Santorini (Grecia): Formando la isla del mismo nombre, este volcán en escudo en el mar Egeo, a unos 120 kilómetros de Creta, ha aflorado lava alrededor de la caldera. Su estructura lo clasifica como un volcán escudo.
- Ararat (Turquía): Con 5.137 metros de altura, este estratovolcán, considerado el más alto de Turquía, tuvo su última erupción en 1840. Según la Biblia, el Ararat fue donde terminó el Arca de Noé después del Diluvio Universal.
- Erta Ale (Etiopía): Como el volcán de escudo basáltico más activo de Etiopía, el Erta Ale tuvo su última erupción en 2009.
- Dubbi (Eritrea): En la cordillera de Erta Ale al sur de los Alpes Danakil, este estratovolcán de 1.625 metros se eleva sobre las costas del Mar Rojo. Su última erupción data de 1861.
- Menengai (Kenia): Ubicado en los montes Aberdare, en el Gran Valle del Rift, este volcán de tipo escudo, con una de las calderas más grandes del mundo, tuvo su última erupción en el 6.050 a.C.
- Ol Doinyo Lengai (Tanzania): Este estratovolcán de 3.188 metros al sur del lago Natron tuvo su última erupción en 2006.
- Nyamulagira (Congo): Situado en el extremo este del Congo, este volcán de tipo escudo, con 3.058 metros de altura, registró su última erupción el 19 de noviembre de 2019.
Esta lista resalta la importancia de la monitorización continua y la preparación en las regiones cercanas a estos volcanes, subrayando la necesidad de entender y mitigar los riesgos asociados con su actividad.
Referencias
- (1) Programa Global de Vulcanismo. Smithsonian Institution.
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