La compra directa de alimentos a productores locales forma ya parte de diversos programas de alimentación escolar en países de distintos contextos socioeconómicos, como una de las medidas para frenar el avance del sobrepeso, que en 2012 ya afectaba al 27,8% de la población española de 2 a 17 años.
El Grupo de Investigación de Salud Pública de la Universidad de Alicante acaba de publicar un estudio en la revista Gaceta Sanitaria que analiza la política de compra de alimentos de proximidad en los centros de educación primaria de Andalucía, Canarias y Principado de Asturias, donde existen iniciativas para incentivar su consumo.
Tras el análisis, se observa que el 38% de las 186 escuelas consultadas en estas comunidades autónomas adquiere alimentos de proximidad en su servicio de comedor. Aunque la mayoría de centros escolares que compra alimentos a productores locales pertenece al medio urbano (el 72,4%), se observa de manera significativa una mayor predisposición a su compra en los centros de ámbito rural.
Su uso también está más extendido en aquellas escuelas que tienen comedores autogestionados y que disponen de cocina propia. El 80% de los centros que compran alimentos de proximidad es responsable de la gestión del servicio de comedor y el 65,5% cuenta con cocina propia.
El estudio desvela también que las escuelas con este tipo de alimentos son las que ofrecen un menú más barato y más saludable. Así, el 69,8% de los centros con menor coste medio del menú escolar (de entre 1 y 3 euros), compra productos de proximidad. A su vez, son también los colegios que más desarrollan programas de alimentación saludable (el 81,5%) y que más adquieren alimentos ecológicos (65,8%).
Criterios ambientales para la compra de alimentos
La investigación ha querido testar la opinión de los responsables del comedor sobre los beneficios y dificultades de la compra de productos de proximidad. La mejora de la economía local, la disponibilidad de alimentos frescos en los menús escolares y el menor coste ambiental son reconocidos como importantes beneficios por todos los participantes del estudio, aunque en mayor medida en aquellos centros que compran alimentos de proximidad.
Además de destacar el incremento de la cantidad y la variedad de vegetales y frutas en los menús, los responsables de los comedores en los que se suministran productos de proximidad también identifican dificultades para su implementación, como la capacidad productiva de la región, la variación estacional de la producción, la falta de apoyo institucional por parte de las instituciones públicas y la escasa información sobre la compra de alimentos de proximidad.
La existencia de iniciativas gubernamentales que fomentan la inclusión de criterios ambientales y sociales para la compra de alimentos favorece la compra de alimentos de proximidad en los comedores escolares. “Nuestros resultados, sin embargo, ponen de manifiesto que dichas iniciativas no son suficientes para extender su implementación a todos los centros”, concluyen los autores. “Un mayor apoyo institucional ayudaría a mejorar la alimentación escolar, con un menor coste económico y ambiental”.