Debido al interés en disminuir su consumo, un estudio realizado por la Universidad de Barcelona (UB) ha evaluado la calidad nutricional de los anuncios de este tipo de comida en la televisión en España. En concreto, analizaron la publicidad de los medios generalistas con más audiencia y publicidad (Telecinco, Antena 3, La Sexta y Cuatro), así como la del canal Boing dedicado exclusivamente a la programación infantil durante el mes de abril de 2016.
“La selección de los alimentos y bebidas se basó en la reciente definición de productos propuesta por la Organización Panamericana de la Salud de alimentos procesados y ultraprocesados. Utilizamos el Semáforo Nutricional (SN) de Reino Unido para evaluar la publicidad, un modelo alternativo de sistema de etiquetado de los productos alimentarios desarrollado por el gobierno británico a partir de 2007, ampliamente implantado”, explica Félix A. Morales Rodríguez, autor principal del estudio dirigido por Mari Luz Latorre, docente e investigadora de la Universidad de Barcelona.
Este sistema consiste en un sencillo aviso situado en el frontal de los envases que le dice al consumidor, de un simple vistazo, si el producto que va a meter en su cesta de la compra es rojo (alto), ámbar (medio) o verde (bajo) en grasas, grasas saturadas, azúcares y sal, en función de sus respectivas cantidades en 100 g o 100 ml de dicho producto.
Boing, el doble de la media
Se analizaron 2.616 anuncios, de los cuales 514 (el 19,6%) se correspondieron a alimentos procesados y ultraprocesados. El canal infantil Boing presentó una presión de este tipo de publicidad elevada (36,8%), duplicando la media de los canales generalistas. El Semáforo Nutricional mayoritario del conjunto de canales fue rojo para grasas y grasas saturadas, y verde para azúcares y sal.
“Boing presentó el peor perfil nutricional, rojo para todos los nutrientes analizados, excepto para la sal, que fue ámbar, mientras que Telecinco presentó el mejor, verde para todos los nutrientes analizados”, apunta Morales.
De esta forma, se corrobora que el público infantil recibe una gran presión de publicidad televisiva de productos alimentarios procesados y ultraprocesados, con el peor perfil nutricional. “Constituyen, sin duda alguna, un grupo de consumidores muy atractivo para la industria. Son un colectivo (o target) que, pese a no generar ingresos propios, tiene una gran influencia constatada en las decisiones de consumo familiares, cifrada por algunos autores en hasta un 50% de ellas”, asegura el investigador.
Los niños y niñas son un público muy influenciable por la publicidad y sus sofisticadas técnicas de persuasión. “No son capaces de discernir el afán comercial que subyace a toda publicidad –añade Morales– y mucho menos el potencial impacto en su salud del consumo habitual de determinado tipo de productos de perfil poco saludable, que, para cerrar el círculo, son los mayoritariamente anunciados”.
La presencia de materias primas o alimentos mínimamente procesados, cuyo consumo recomienda impulsar la Organización Mundial de la Salud, fue testimonial en el análisis de las cadenas generalistas. En el caso del canal infantil Boing llegó a ser nula, al aparecer en su totalidad publicidad de productos procesados y ultraprocesados.
“La OMS ha marcado claramente el camino a seguir: hay que conseguir, a través de normas eficaces, que los niños y niñas no estén expuestos a productos poco saludables. Todo parece indicar que el modelo mixto vigente en España, promovido por la propia industria y asumido por el gobierno, no es eficaz para cumplir este objetivo. Al respecto, la propia OMS publicó un modelo de perfil nutricional para impulsar políticas de regulación de la publicidad dirigida a los niños. No sería mala idea aplicarlo en nuestra legislación nacional”, concluye el investigador.
Comentarios