El 1 de marzo de 1966, hace ahora 57 años, la sonda espacial Venera 3 de la Unión Soviética se convirtió en la primera en tocar otro planeta, al estrellarse contra la superficie de Venus.

Venera 3, parte del programa de exploración espacial soviético Venera, fue lanzada el 16 de noviembre de 1965 con la misión de posarse en el planeta Venus. Con una masa de casi una tonelada, contenía un sistema de radio comunicaciones, instrumentos científicos y una fuente de energía propia.

La sonda no llevaba sistema especial de aterrizaje y acabó impactando en la superficie. El sistema de comunicaciones falló antes de que los datos planetarios fueran enviados a la Tierra. El impacto se produjo en el hemisferio nocturno de Venus, cerca del terminador, posiblemente entre -20º y 20º norte y 60º y 80º este.

Dentro del mismo programa, la nave Venera 7 fue diseñada para aterrizar y estudiar la superficie del planeta e hizo un aterrizaje controlado en la superficie de Venus en 1970, según el archivo de la NASA.

En su conjunto, las sondas Venera fueron las primeras en entrar en la atmósfera de otro planeta, hacer un aterrizaje controlado en otro planeta, en enviar imágenes desde su superficie y en realizar mapas radar de Venus.