Un estudio coordinado por el investigador del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (Iphes-Cerca) Bienvenido Martínez-Navarro, ha presentado el "único fósil conocido" hasta ahora del lobo etíope (Canis simensis), hallado en el yacimiento de Melka Wakena (Etiopía).
El fósil correspondiente a una mandíbula, de más de 1,5 millones de años, retrocede en el tiempo la presencia de esta especie endémica de cánido y, al mismo tiempo, proporciona datos relevantes para desarrollar programas de recuperación y conservación de una de las especies más raras y amenazas del mundo, ha informado este miércoles el Iphes en un comunicado.
El estudio, publicado en Communications Biology (1), cuenta con la colaboración de investigadores de la la Universidad de Málaga, la Universidad Hebrea de Jerusalén, la Universidad de Florencia, la Universidad Federico II de Nápoles, la Universidad de Princeton y la Universidad de Berkeley.
Con una población total de 500 individuos, de los que 200 son adultos reproductores, en las montañas más altas de Etiopía, sus posibilidades de supervivencia son mínimas, y su aspecto recuerda más a un perro doméstico primitivo que al típico lobo de Euroasia.
Hasta ahora se había considerado que esta especie había llegado a las tierras altas de Etiopía hace menos de 100.000 años y que había quedado relegado a este tipo de hábitat, pero en 2017 se produjo un descubrimiento paleontológico que ha permitido retroceder en el tiempo su presencia.
Una mandíbula inferior de Canis simensis
Los trabajos de excavación en el yacimiento de Melka Wakena, dirigidos por investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén, pusieron al descubierto un fósil correspondiente a una mandíbula inferior de Canis simensis.
El ejemplar se identificó como perteneciente al lobo etíope y es el "único fósil hallado hasta ahora", y sugiere que tiene una antigüedad de 1,5 millones de años, lo que proporciona pruebas de su presencia temprana en África.
El Iphes ha señalado que el hallazgo también es significativo para la investigación de la evolución humana en África, ya que el valle del Rift ha proporcionado la mayor parte de los fósiles importantes relacionados con los orígenes humanos y su entorno ecológico.
El hallazgo ha permitido modelar el nicho bioclimático del lobo etíope y sugiere que solo podría haber sobrevivido en las tierras altas de Etiopía, y también por primera vez disponer de datos para conocer cómo se ha producido la adaptación de esta especie de lobo a estas tierras durante un largo periodo de tiempo.
La investigación sostiene la necesidad de aumentar los esfuerzos de conservación para salvaguardar los hábitats fragmentados que ocupa esta especie, ecológicamente especializada y altamente amenazada.
Referencias
- (1) The earliest Ethiopian wolf: implications for the species evolution and its future survival. Communications Biology.
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