Los humanos hablamos más despacio cuando hablamos con nuestros perros, y este ritmo más lento coincide con las capacidades receptivas de nuestras mascotas, lo que permite que los perros comprendan mejor nuestras órdenes, según un estudio publicado en la revista PLOS Biology (1) por Eloïse Déaux de la Universidad de Ginebra en Suiza y su equipo.

Los perros responden al habla humana, aunque no puedan producir sonidos humanos por sí mismos

Los perros responden al habla humana, aunque no puedan producir sonidos humanos por sí mismos. Para entender mejor cómo se comunican las personas y los perros, las científicas/os analizaron los sonidos vocales de 30 perros. También analizaron los sonidos de 27 humanos en cinco idiomas hablando con otras personas, y 22 humanos en esos idiomas hablando con perros. Las científicas/os también utilizaron electroencefalografía (EEG) para examinar las respuestas cerebrales al habla en humanos y perros.

 Si bien los perros no pueden producir sonidos articulados, responden al habla, lo que plantea la pregunta de si esta capacidad receptiva heteroespecífica podría estar determinada por la exposición al habla o permanece limitada por su propia capacidad sensoriomotora.

 

Los perros hablan en ritmos delta los humanos en ritmos theta

 

Los humanos son hablantes mucho más rápidos que los perros, según demostró el estudio, con una velocidad de habla de unas cuatro sílabas por segundo, mientras que los perros ladran, gruñen, ladran y gimen a una velocidad de unas dos vocalizaciones por segundo. Al hablar con los perros, los humanos ralentizaron su habla a unas tres sílabas por segundo. Las señales de EEG de humanos y caninos mostraron que las respuestas neuronales de los perros al hablar se centran en ritmos delta, mientras que las respuestas de los humanos al habla se centran en ritmos theta más rápidos. Las autoras sugieren que los humanos y los perros tienen diferentes sistemas de procesamiento vocal y que ralentizar nuestro habla cuando hablamos con las mascotas puede habernos ayudado en última instancia a conectar mejor con ellas.

Las autoras añaden: "Lo que es aún más interesante es que, si bien los perros utilizan un ritmo lento para procesar el habla y, contrariamente a la creencia popular, necesitan tanto contenido como prosodia para comprenderla con éxito".

Referencias