Más de 150 de organizaciones secundarán este sábado 22 de abril, coincidiendo con el Día Mundial de la Tierra, la Marcha por la Ciencia en Girona, Sevilla, Madrid, Granada y Barcelona (ciudades confirmadas hasta la fecha en España), para reivindicar el papel de la ciencia en la sociedad.
A la convocatoria en España se han sumado asociaciones de jóvenes científicos, asociaciones estudiantiles, partidos políticos, sindicatos como CCOO, asambleas y entidades académicas y científicas como la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) y la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE).
Todas ellas secundarán la marcha bajo tres pilares fundamentales: la celebración de la pasión por la curiosidad, la ciencia y el método científico; la reivindicación de una mejor política científica y de unas condiciones de trabajo dignas para la comunidad investigadora; y la defensa del papel del conocimiento científico y humanístico en la opinión pública.
Asimismo, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Tierra, se han adherido a la convocatoria Alianza por el Clima y la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético.
Un movimiento global iniciado en EE UU
La movilización, que nació en Estados Unidos en respuesta a la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, se ha convertido en un movimiento global que busca ser "un paso decisivo para asegurar un futuro en el que la plenitud del conocimiento científico beneficie a todas las personas y donde todos tengan el poder de hacer nuevas preguntas científicas", según han afirmado los convocantes.
"Marchamos por innumerables razones individuales, pero nos reunimos como la Marcha de la Ciencia para concebir y sostener una cadena ininterrumpida de investigación, conocimiento y beneficio público para todos", explican los impulsores de la iniciativa.
De este modo, se comprometen a "trabajar juntos para compartir y destacar las contribuciones de la ciencia, trabajar para hacer la práctica de la ciencia más inclusiva, accesible y receptora, para que pueda servir a toda la sociedad y así asegurar que la evidencia científica desempeña un papel fundamental en el establecimiento de las política en el futuro".
Por ello, la iniciativa busca poner de relieve la construcción de "una comunidad científica que trabaja hacia el bien común y sirve a todas las personas", además de "fortalecer los lazos de respeto mutuo y comunicación entre los científicos y el público" y "asegurar que los responsables de la formulación de políticas tengan y utilicen la mejor ciencia disponible para informar las decisiones que afectan al público".
También pretende "apoyar a los científicos que sean censurados o castigados por difundir evidencia científica; hacer responsables a los líderes políticos y responsables de políticas si silencian, ignoran, atacan o distorsionan las pruebas científicas; combatir la discriminación, la explotación y la inequidad en la comunidad científica; y trabajar para asegurar que la investigación científica y las carreras científicas sean más accesibles para personas de antecedentes históricamente mal representados o marginados".
Asimismo, contempla "abogar por los derechos de cada niño a recibir una educación científica de calidad y acceder a las tecnologías y herramientas que modifican el mundo; fomentar la participación en el proceso electoral en todos los niveles para vincular la promoción científica con la acción cívica y la rendición pública de cuentas; y transmitir a las generaciones futuras valores de curiosidad, libertad de expresión, investigación libre y pensamiento crítico".
Manifiesto en España
Precisamente en España, COSCE ha impulsado un Manifiesto por la Ciencia, que ha sido suscrito por la CRUE y cerca de 40 sociedades científicas, que representan a más de 20.000 científicos españoles. Cualquier persona puede sumarse al manifiesto.
El texto de la COSCE reclama que se otorgue a la ciencia "la atención de la sociedad y de la clase política sobre la importancia de la ciencia en el mundo actual y algunos de los peligros que la acechan". Además, pretende enfrentar "una corriente política global que minusvalora, cuando no ignora, el papel de la ciencia con el resultado de un inexorable deterioro en la salud y el medio ambiente, y un creciente menosprecio por el conocimiento, que se ve sustituido por interpretaciones de la realidad alternativas a las que proporciona la ciencia".
A juicio de la COSCE, en el caso de España, esta situación se ve agravada por el hecho de que existe "un persistente desinterés en construir políticas científicas coherentes y duraderas por parte de sucesivos gobiernos, justificando ese abandono con la crisis" por lo que abogan por "medidas urgentes y duraderas como la firma de un Pacto de Estado por la Ciencia, la creación de una Agencia realmente independiente de la Administración, la restitución del Ministerio de Ciencia y la institución de un plenario anual en el Congreso de los Diputados dedicado en exclusiva a la ciencia.
Por otro lado, en relación al proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2017, presentado el pasado 4 de abril en el Congreso de los Diputados, que contempla que la I+D+i civil cuente con una dotación de 6.029 millones de euros, lo que supone un incremento del 4,1% del total respecto a 2016, la COSCE argumenta que esta partida desciende en un 0,35% en relación a los presupuestos del año anterior si se descuenta la inflación prevista del 1,5%. Con estos datos, la investigación civil crecería un 2,63% y la de carácter militar descendería un 28,02%, según la COSCE.
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