Las modalidades y la fecha de aparición del bipedismo siguen siendo objeto de debate, en particular debido a un pequeño número de fósiles humanos muy antiguos. El Sahelanthropus tchadensis, descubierto en 2001 en Chad, se considera el representante más antiguo de la humanidad y un nuevo estudio, publicado en la revista Nature (1), confirma que era bípedo.
La investigación resalta que la forma de su cráneo sugiere una estación bípeda y su descripción de tres huesos de las extremidades del Sahelanthropus confirma el bipedismo habitual, pero no exclusivo.
La adquisición del bipedismo se considera un paso decisivo en la evolución humana. El equipo de investigación, en el que participan investigadores del Centro Nacional para la Investigación Científica
(CNRS) y la Universidad de Poitiers, en Francia, junto a paleontólogos de la Universidad de Yamena y el Centro Nacional de Investigación para el Desarrollo, en Chad, ha examinado tres huesos de las extremidades del representante humano más antiguo actualmente identificado, el Sahelanthropus tchadensis.
El bipedismo se adquirió muy pronto en nuestra historia
Este estudio refuerza la idea de que el bipedismo se adquirió muy pronto en nuestra historia, en una época todavía asociada a la capacidad de desplazarse sobre cuatro extremidades en los árboles.
Con siete millones de años, el Sahelanthropus tchadensis se considera la especie representativa más antigua de la humanidad. Su descripción se remonta a 2001, cuando la Misión Paleoantropológica Franco-Chadiana (MPFT) descubrió en Toros-Menalla, en el desierto del Djurab (Chad), los restos de varios individuos, entre ellos un cráneo muy bien conservado.
Este cráneo, y en particular la orientación y la posición anterior del foramen occipital donde se inserta la columna vertebral, indica un modo de locomoción sobre dos piernas, lo que sugiere que era capaz de ser bípedo.
Además del cráneo, apodado Toumaï, y de los fragmentos de mandíbulas y dientes ya publicados, en la localidad de Toros-Menalla 266 (TM 266) se encontraron dos cúbitos (hueso del antebrazo) y un fémur (hueso del muslo). Estos huesos también se atribuyeron a Sahelanthropus porque no se encontró ningún otro primate de gran tamaño en el yacimiento; sin embargo, es imposible saber si pertenecen al mismo individuo que el cráneo.
El 'Sahelanthropus' solía ser bípedo en el suelo
El fémur y el cúbito fueron sometidos a una batería de mediciones y análisis, relativos tanto a su morfología externa, como a sus estructuras internas mediante imágenes de microtomografía: mediciones biométricas, morfometría geométrica, indicadores biomecánicos, etc.
Estos datos se compararon con los de una muestra relativamente amplia de simios existentes y fósiles: chimpancés, gorilas, orangutanes, simios del Mioceno y miembros del grupo humano (Orrorin, Ardipithecus, australopitecinos, Homo antiguo, Homo sapiens).
La estructura del fémur indica que el Sahelanthropus solía ser bípedo en el suelo, pero probablemente también en los árboles. Según los resultados de los cúbitos, este bipedalismo coexistió en ambientes arbóreos con una forma de cuadrupedalismo, es decir, de trepada arbórea posibilitada por el agarre firme de las manos, claramente diferente a la de gorilas y chimpancés que se apoyan en la parte posterior de sus falanges.
Las conclusiones de este estudio, incluida la identificación del bipedismo habitual, se basan en la observación y comparación de más de veinte características del fémur y los cúbitos. Son, con mucho, la interpretación más parsimoniosa de la combinación de estos rasgos. Todos estos datos refuerzan el concepto de una locomoción bípeda muy temprana en la historia de la humanidad, aunque en esta etapa también se practicaran otros modos de locomoción.
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