Este 28 de diciembre se cumplen 128 años de la primera exhibición comercial, en 1895, de las películas producidas por los hermanos Lumière para presentar su invento del cinematógrafo.
En una primera proyección privada anterior, el 22 de marzo de 1895, Auguste y Louis Lumière proyectaron la que suele considerarse como primera película de la historia, La Sortie de l'Usine Lumière à Lyon (La salida de la fábrica) de 38 segundos de duración.
Tras diversas presentaciones en sociedades científicas, en la Universidad de la Sorbona, en Bruselas y otros lugares, el 28 de diciembre de 1895 en París se procedió a la primera exhibición comercial, como primer espectáculo de pago, marcando oficialmente el inicio del cine.
El evento tuvo lugar en el Salon indien du Grand Café del Boulevard des Capucines y se proyectaron, además de Salida de la fábrica Lumière, otras cintas como Llegada de un tren a la estación de la Ciotat.
Y El regador regado, en la que aparece el jardinero Jean-François Clerc. Así, con este catálogo, el cine comenzó su historia a modo de documental, como testigo objetivo de la vida cotidiana.
Creían que era una invención sin futuro
Aunque los hermanos dijeron que "el cine es una invención sin ningún futuro", aprovecharon todo lo que el nuevo invento les ofreció para montar un negocio rentable, informa Wikipedia.
Los Lumière enviaban un cinematógrafo y un operador donde fuera requerido, por ejemplo, a la coronación del zar Nicolás II. Con estas cintas rodadas en los lugares más exóticos del planeta surgió el montaje.
Su posición económica y el interés que mostraban hacia la ciencia les hizo menospreciar las posibilidades comerciales de su invento, por lo que finalmente abandonaron la producción cinematográfica, pero continuaron con sus patentes y en 1903 patentaron un proceso para realizar fotografías en color, el Autochrome Lumière, lanzado al mercado en 1907.
Posteriormente, Louis Lumière continuó con sus experiencias inventando el photorama y la fotografía en relieve. Fue nombrado doctor honoris causa en la Universidad de Berna, en tanto que Auguste continuó con sus estudios de bioquímica y fisiología.