A raíz de los cambios en la factura de la luz previstos para junio de 2021 en España, son muchos los hogares que se han hecho la misma pregunta: ¿qué puedo hacer para reducir mi factura de la luz?
Aparte de consejos prácticos y ajustes en nuestros hábitos de vida, existe otra vía innovadora e interesante. La producción de nuestra propia energía: el autoconsumo eléctrico.
¿Que es el autoconsumo?
El autoconsumo es la producción propia de energía para consumo directo. Su característica principal es la obtención de electricidad a partir de energías renovables.
Las energías limpias han avanzado hasta convertirse en una alternativa real y económica de producción eléctrica. En España, el autoconsumo se obtiene principalmente de placas fotovoltaicas y molinos minieólicos.
Cada vez son más los hogares que se plantean como opción invertir en este tipo de soluciones para reducir el consumo en su factura eléctrica. Esta posibilidad de generar parte de nuestra energía supone una reducción de costes y una mayor autonomía en la producción eléctrica.
El autoconsumo fotovoltaico
A diario vemos edificios coronados por “mantas fotovoltaicas”. Estos equipos han cambiado el paisaje actual, instalándose tanto en industrias como en viviendas.
Las placas fotovoltaicas aprovechan la radiación solar para producir energía eléctrica de consumo. Estas placas aumentan su eficiencia con la radiación continuada. Por eso España es un paradigma renovable al contar con más de 300 días de sol al año.
Aprovechar esta fuente reduce la producción de energía eléctrica a través de combustibles fósiles y, por tanto, la huella ambiental. Por ello cada vez son más las iniciativas que buscan incentivar la contratación e instalación de estas tecnologías.
Su versatilidad reside en que se pueden instalar en todo tipo de cubiertas. Ya sean planas, inclinadas, grandes o pequeñas. Todo tipo de edificios tienen la posibilidad de beneficiarse de este tipo de captadores.
¿Cómo funciona el autoconsumo por captación solar?
Cualquier sistema de captación fotovoltaico, debe contar con:
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Placas fotovoltaicas. Están formadas por celdas de captación que producen electricidad a partir de la recepción de la luz solar.
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Un acumulador. Almacena la energía a través de pequeñas baterías para aprovecharla cuando no hay radiación solar.
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Un equipo de monitorización. Controla la producción y el estado de las baterías para prevenir su sobrecarga y descarga, alargando su vida útil.
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Un inversor electrónico. Convierte la corriente continua generada por la placa fotovoltaica en corriente apta para consumo directo.
Su instalación es sencilla y versátil. Crece el número de empresas especializadas en el montaje y configuración de estos captadores, tanto para usuarios particulares como empresas.
El autoconsumo minieólico
Esta energía aprovecha la acción del viento para producir electricidad a través de generadores de pequeño tamaño. A diferencia de los grandes molinos eólicos, los minieólicos son más asequibles para su instalación.
La electricidad obtenida con estos minimolinos cubre de sobra las necesidades domésticas. Esta es una de las razones por las que a día de hoy es una de las opciones favoritas para apostar por el autoconsumo.
La ubicación de estos equipos no es exclusiva para las cubiertas. Su instalación en salientes, terrazas o edificaciones secundarias es muy habitual.
¿Cómo funciona el autoconsumo eólico?
Similares a las instalaciones fotovoltaicas, los sistemas eólicos para autonconsumo cuentan con:
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Un generador eólico o minieólico. Produce potencia eléctrica de hasta 100 kW a partir de la fuerza del viento las 24 horas del día.
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Un acumulador. Es similar al solar, pero de funcionamiento constante tanto de día como de noche.
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Un regulador o monitorizador. Controla y regula la producción de energía.
La energía minieólica es un recurso aprovechable, constante y silencioso que produce energía cercana al lugar de consumo, reduciendo así los costes de transporte.
¿Cómo adaptar mi vivienda para el autoconsumo?
En primer lugar, es aconsejable contactar con profesionales que le asesoren y le propongan la solución idónea para su hogares.
Las condiciones de ubicación, soleamiento y hábitos de consumo pueden favorecer la contratación del sistema elegido. Por ejemplo, la captación solar es más efectiva en el centro y sur de la península.
Por su parte, el aprovechamiento eólico es más efectivo en altitudes relativas y cerca del nivel del mar. El aprovechamiento de las corrientes de aire es clave para generar un sistema eficiente.
La inversión en estas instalaciones es a día de hoy muy asequible. Son proyectos algo más costosos que soluciones convencionales, pero su prolongada vida útil, su bajo coste de mantenimiento y su fuente gratuita de energía convierten el autoconsumo en un coste muy rentable a medio y largo plazo.
El consumo eléctrico ha crecido en los últimos meses a raíz del aumento en la demanda de consumo de pequeños electrodomésticos (móviles, tablets, ordenadores, etc.) así como por al aumento del tiempo de estancia en el hogar derivado de la pandemia.
El aumento de horas de consumo en iluminación y uso de electrodomésticos se ha traducido en un aumento notable del gasto eléctrico. Reducir el consumo es una necesidad, y también un ejercicio de responsabilidad.
Energías renovables: presente y futuro de la energía
La legislación española está adaptándose a la nueva realidad energética. La ley de cambio climático marca como objetivo una cuota de renovables del 32 %. Esto incluye a todos los sistemas: solar, biomasa, eólica, geotermia, aerotermia, etc.
Para autoabastecimiento en los hogares, la mejor opción es la captación fotovoltaica. Las mejoras e investigación en otro tipo de energías va completando cada vez más la oferta. El objetivo principal de estas energías es reducir su coste de contratación en favor del rendimiento en el consumo.
El siglo XXI es el siglo de las energías renovables, y en este sentido el autoconsumo se establece como una solución válida, real, eficiente y económica. Invertir en ello es invertir en economía, sostenibilidad y eficiencia.