El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves cumplir con el guión y bajar en 25 puntos básicos los tipos de interés, de forma que la tasa de depósito (DFR, por sus siglas en inglés) quedará en el 3,50%.

Los tipos de interés aplicables a las operaciones principales de financiación (MRO) y a la facilidad marginal de préstamo (MLF) disminuirán hasta el 3,65% y el 3,90%, respectivamente. Estos cambios tendrán efecto a partir del 18 de septiembre de 2024.

Tipos de interés aplicados por el Banco Central Europeo (BCE) / Gráfico: EP

 

En consecuencia, el diferencial entre la tasa de depósito y la de MRO será de 15 puntos básicos y el mantenido con la de MLF será de un cuarto de punto.

Tal y como daban por descontado los analistas consultados por Europa Press, el BCE ha reanudado su ciclo de flexibilización monetaria tras haberlo pausado en su reunión de julio, cuando se decantó por mantener el precio del dinero.

"Sobre la base de la evaluación actualizada del Consejo de Gobierno de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, resulta apropiado ahora dar un paso más en la moderación del grado de restricción de la política monetaria", ha motivado el BCE.

El organismo dirigido por Christine Lagarde ha indicado que la inflación interna sigue siendo "alta" por la "elevada" velocidad a la que crecen los salarios. Sin embargo, las presiones sobre los costes laborales se están moderando y los beneficios están amortiguando parcialmente el impacto de las subidas salariales sobre la inflación.

Las condiciones de financiación siguen siendo "restrictivas", y la actividad económica es aún "contenida" como reflejo de la debilidad del consumo privado y de la inversión.

 

Sin compromiso de "ninguna senda concreta de tipos"

 

Además, el BCE ha recordado que sigue "decidido" a devolver la inflación al objetivo del 2% a medio plazo, para lo que se mantendrán los tipos en niveles "lo suficientemente restrictivos" el tiempo que sea preciso. Igualmente, en futuras citas estos se fijarán con un enfoque dependiente de los datos y reunión a reunión.

Desde Frankfurt estarán particularmente atentos a la valoración de las perspectivas de inflación, la dinámica de la subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, y, todo, "sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos".

Los cambios anunciados incluyen la modificación técnica anunciada en marzo por el BCE y que surten efecto el próximo 18 de septiembre. De este modo, la tasa de depósito se ha convertido 'de facto' en el tipo de referencia al determinar el interés que las entidades financieras reciben, o pagan de ser negativo, por mantener sus depósitos en el BCE.

Anteriormente, la tasa de refinanciación era una variable de mayor peso a la hora de informar sobre las decisiones de política monetaria del BCE. No obstante, esta ha perdido relevancia con el tiempo por el exceso de liquidez en el sistema financiero, fruto del mayor acceso de los bancos a los fondos del BCE, lo que se ha traducido en que las entidades hiciesen más uso de los depósitos.

El objetivo último del ajuste sería alinear los tipos de interés a corto plazo del mercado monetario con las decisiones del Consejo de Gobierno, así como retirar la liquidez sobrante del sistema con el fin de que no interfiera en la correcta transmisión de la política monetaria.

En cuanto a los programas de compra de activos (APP) y el de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP), el BCE ha indicado que el primero sigue reduciéndose a un ritmo "mesurado y predecible", dado que se ha dejado de reinvertir el principal de los valores que van venciendo.

En el caso del segundo, el Eurosistema ha dejado de reinvertir íntegramente el principal del montante adquirido que va venciendo. Esto está haciendo que la cartera del PEPP se reduzca al mes en unos 7.500 millones de euros de media. El Consejo de Gobierno tiene la vista puesta en poner fin a estas reinversiones a finales de 2024.