Cada 10 de febrero se celebra el Día Mundial de las Legumbres 2025, una fecha proclamada por la ONU para destacar la importancia de estos alimentos en la seguridad alimentaria, la nutrición y la sostenibilidad ambiental. Este año se celebra el día bajo el lema Las legumbres: Aportando diversidad a los sistemas agroalimentarios.
La celebración del Día Mundial de las Legumbres que ocurre cada 10 de febrero fue aprobado por el Consejo General ONU el 20 de diciembre de 2018. Los antecedentes de este día se remontan a dos años antes, a raíz del éxito cosechado con el Año Internacional de las Legumbres en 2016, de cuya celebración se encargó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y reconociendo el potencial de las legumbres para contribuir al cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En 2025 se celebra este día con el lema Las legumbres: Aportando diversidad a los sistemas agroalimentarios.
Este día mundial tiene como objetivo concienciar sobre la importancia de estos alimentos en la seguridad alimentaria, la nutrición y la sostenibilidad ambiental. Se busca promover su consumo como fuente clave de proteínas vegetales, resaltar su papel en la lucha contra la desnutrición y destacar su impacto positivo en el medio ambiente, ya que requieren menos agua y mejoran la fertilidad del suelo. Además, la celebración pretende impulsar su producción y comercialización, beneficiando a pequeños agricultores y fomentando economías más sostenibles. En un contexto de crisis climática y alimentaria, las legumbres se presentan como una alternativa saludable, accesible y clave para el futuro del planeta.
Legumbres: el superalimento que cuida la salud y el corazón
Las legumbres son las semillas comestibles de las plantas de la familia Fabaceae, un grupo de alimentos que ha sido parte fundamental de la dieta humana durante siglos. Frijoles, lentejas, garbanzos, arvejas y habas forman parte de esta categoría, caracterizada por su alto contenido en proteínas, fibra, hierro y otros nutrientes esenciales.
Consideradas un pilar fundamental de la alimentación saludable, destacan por su alto valor nutricional y múltiples beneficios para el organismo. Estas pequeñas semillas son una fuente excepcional de proteínas, fibra, vitaminas y minerales, convirtiéndose en aliadas clave para la salud cardiovascular, la digestión y la prevención de enfermedades.
Uno de sus mayores atributos es que, en su estado natural, son bajas en grasas y no contienen colesterol, lo que ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, su bajo contenido en sodio las convierte en una excelente opción para quienes buscan controlar la hipertensión y mejorar la salud del corazón. También son ricas en potasio, un mineral esencial para el funcionamiento del sistema digestivo, muscular y cardíaco.
Su aporte de proteínas vegetales es notable: 100 gramos de lentejas crudas contienen hasta 25 gramos de proteínas. Aunque este valor disminuye tras la cocción debido a la absorción de agua, la calidad de la proteína puede potenciarse al combinarlas con cereales, como en el clásico plato de lentejas con arroz.
Otro de sus beneficios destacados es su elevado contenido en hierro, un mineral esencial para la producción de glóbulos rojos y la prevención de la anemia, especialmente en mujeres embarazadas. Para mejorar su absorción, los nutricionistas recomiendan combinarlas con alimentos ricos en vitamina C, como el jugo de limón o el tomate.
Las legumbres también son ricas en fibra, favoreciendo la digestión, regulando los niveles de colesterol y reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Su índice glucémico bajo permite estabilizar el azúcar en la sangre, lo que las convierte en un alimento ideal para personas con diabetes y para quienes buscan controlar su peso de manera saludable.
Otro de sus grandes aportes es el folato, una vitamina B esencial para la función del sistema nervioso y clave durante el embarazo para prevenir malformaciones en el feto. Además, al no contener gluten en su estado natural, son una alternativa perfecta para personas celíacas.
Más allá de sus beneficios para la salud, las legumbres tienen un impacto positivo en la seguridad alimentaria global. Son fáciles de almacenar durante largos períodos, lo que permite diversificar la dieta, especialmente en países en desarrollo. Su bajo costo y alta disponibilidad las convierten en una opción accesible y nutritiva para millones de personas en el mundo.
Con un perfil nutricional excepcional y un impacto positivo en la salud y la sostenibilidad, las legumbres se consolidan como un superalimento que merece un lugar prioritario en la dieta diaria.
Un alimento esencial con desafíos globales
A nivel global, la producción de legumbres ha mostrado un aumento en los últimos años, alcanzando 89 millones de toneladas métricas en 2021, lo que refleja un crecimiento del 20% desde 2010. Sin embargo, el consumo per cápita mundial sigue siendo modesto, con un promedio de 7 kilogramos por persona al año, según estimaciones de la FAO.
En algunas regiones, como en los países en desarrollo, las legumbres representan una parte crucial de la dieta, con un consumo que puede alcanzar hasta el 75% de la alimentación diaria. Este dato resalta la importancia de las legumbres como fuente de proteínas, especialmente en áreas donde las alternativas más costosas son menos accesibles. En contraste, en los países industrializados, su presencia en la mesa es menor, representando apenas el 25% de la dieta promedio. En España, por ejemplo, el consumo de legumbres se ha reducido en los últimos años, situándose en 3,2 kilogramos per cápita en 2023.
A pesar de este descenso en los países desarrollados, la tendencia a nivel mundial parece positiva. Se prevé que el consumo de legumbres, raíces y tubérculos aumente a una tasa anual del 1,9% hasta 2028, impulsado por una mayor conciencia sobre sus beneficios nutricionales y su impacto ambiental. El futuro de las legumbres parece prometedor, y su rol como una fuente saludable, accesible y sostenible de proteínas podría ser clave para enfrentar los desafíos alimentarios y climáticos del futuro.
Un aliado crucial para el medio ambiente y la sostenibilidad
El consumo de legumbres es mucho más que una opción saludable para la dieta; es una decisión clave para la sostenibilidad y la salvaguarda del medio ambiente.
Uno de los aspectos más destacados es el bajo impacto ambiental de las legumbres. A diferencia de la carne, su producción genera muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero y requiere menos recursos como agua y tierra. De hecho, las legumbres son mucho más eficientes en el uso de agua que cultivos como el arroz o productos animales, lo que las convierte en una opción ideal en un mundo donde la escasez de agua es una preocupación creciente.
Otro beneficio crucial es su capacidad para fijar nitrógeno en el suelo. A través de un proceso natural llevado a cabo por bacterias en sus raíces, las legumbres enriquecen la tierra sin necesidad de fertilizantes químicos. Esta propiedad no solo mejora la fertilidad del suelo, sino que también contribuye a la sostenibilidad agrícola, evitando la sobre dependencia de productos que afectan al medio ambiente.
Además de su eficiencia en términos de recursos naturales, las legumbres ayudan a diversificar la agricultura, lo que protege la biodiversidad y reduce la vulnerabilidad de los ecosistemas agrícolas. En lugar de depender de monocultivos, los agricultores que integran legumbres en sus cultivos pueden fortalecer la resiliencia de sus tierras y fomentar un entorno más equilibrado.
Más allá de su eficiencia ecológica, las legumbres también tienen un valor social y económico. Son una fuente accesible y asequible de proteínas, especialmente en países en desarrollo, donde la desnutrición sigue siendo un desafío importante. Al ser un alimento nutritivo y de bajo costo, las legumbres contribuyen a la lucha contra el hambre y la malnutrición.
En resumen, las legumbres no solo son una excelente fuente de nutrición, sino también una pieza clave en la construcción de un sistema alimentario más sostenible. Con beneficios tanto para la salud como para el medio ambiente, su consumo se presenta como una de las soluciones más efectivas para enfrentar los desafíos globales del siglo XXI.
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