Circula desde hace miles de millones de años por cinturón principal de asteroides, entre las órbitas de Marte y Júpiter (a unos 750 millones de kilómetros de la Tierra) y tiene un diámetro aproximado de unos 226 kilómetros (una decimosexta parte del de nuestro planeta, o algo menos de la distancia entre Barcelona y Huesca). Fue descubierto por el astrónomo italiano Annibale de Gasparis el 17 de marzo de 1852 y tarda cuatro años en dar una vuelta al Sol, pero solamente cuatro horas en rotar sobre su eje, es decir, así que eso es lo que dura un 'día' allí.
Pero, a diferencia de los otros cuerpos que orbitan en la zona, que son asteroides rocosos y helados, la NASA cree que este asteroide podría estar formado solamente por metales: principalmente de hierro y níquel, como el núcleo de la Tierra, y contener también enormes cantidades de platino y oro.
Podría tratarse del núcleo de un planeta destruido, y contiene hierro, níquel y oro
De hecho, los científicos opinan que podría tratarse del núcleo de un planeta primitivo, quizás tan grande como Marte, que ha ido perdiendo sus capas exteriores rocosas como consecuencia de brutales colisiones con otros cuerpos celestes. Lo han bautizado como Psyche 16 y están ya en marcha planes para enviar una misión no tripulada al asteroide en los próximos años.
El proyecto es lanzar la sonda en agosto de 2022 desde el centro espacial Kennedy de Florida. La nave llegaría al asteroide a principios de 2026, tras aprovechar una asistencia de gravedad de Marte en 2023. Durante 21 meses en órbita a su alrededor, la nave cartografiará y estudiará las propiedades del asteroide utilizando un generador de imágenes multiespectral, un espectrómetro de rayos gamma y neutrones, un magnetómetro y un instrumento de radio (para la medición de la gravedad). Además, la misión Psyche probará una nueva tecnología de comunicación láser que codifica los datos en fotones en lugar de en ondas de radio para comunicarse desde el espacio profundo y la Tierra, explica la agencia espacial estadounidense.
La misión estará dirigida desde la Universidad Estatal de Arizona. El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA será el responsable de la gestión de la misma, de las operaciones y la navegación por el pesacio, mientras el chasis de propulsión solar-eléctrica de la nave espacial será construido por el fabricante de cohetes SSL.
Todos los humanos, millonarios
Los objetivos científicos de la misión son averiguar si realmente se trata del núcleo al descubierto de un planeta y descubrir más cosas sobre los mismos, incluido el del mundo que habitamos, al que con la tecnología actual nos resulta imposible acceder.
Pero hay otros alicientes menos intelectuales para llevara cabo esta misión. Algunos cálculos de empreesas mineras estiman que los metales que contiene Psyche 16 podrían tener un valor económico de nada menos que 10.000 cuatrillones de dólares. Un cuatrillón anglosajón equivale a mil billones (millones de millones) en nuestra escala de cálculo. Es decir, hablamos de 10 trillones de dólares (un 10 seguido de dieciocho ceros). Como han calculado algunos diarios sensacionalistas, suficiente para hacer multimillonarios a todos y cada uno de los habitantes de la Tierra.
El descubrimiento podría abrir las puertas a una nueva fiebre del oro, en este caso a nivel espacial. Las cantidades a ganar son colosales, aunque las dificultades técnicas no les irían a la zaga. Por ahora ni tan siquiera se dispone de tecnología para explotar los recursos minerales de la Luna.
Aunque, en realidad, y aunque por ahora solamente se trate de una especulación a larguísimo plazo, traer semejantes cantidades de metales valiosos a la Tierra en lugar de enriquecer a algunos podría llegar a colapsar la economía mundial. Una octava parte del hierro que podría haber en el cinturón de asteroides es más de un millón de veces mayor que las reservas de mineral de hierro estimadas en la Tierra, que ya podrían ser suficientes durante siglos.
Los asteroides pueden albergar un millón de veces más hierro que las reservas terrestres
Scott Moore, director ejecutivo de EuroSun Mining, afirma que “los 'titanes del oro' ahora controlan cientos de las propiedades más productivas del mundo, pero los 4-5 millones de onzas de oro que incorporan al mercado cada año palidecen en comparación con las cantidades disponibles en el espacio". Mitch Hunter-Scullion, fundador de Asteroid Mining Company, declaró a la BBC que "hay una cantidad astronómica de dinero que pueden ganar aquellos lo suficientemente audaces para enfrentarse al desafío de la carrera de asteroides", en la que ya han mostrado su interés también los chinos.
Desde que, en 2015, se legalizó la propiedad y explotación comercial de asteroides, dos compañías británicas, Deep Space Industries y Planetary Resources, tienen sus ojos puestos en el UW158 2011, que tiene el doble del tamaño de la Torre de Londres y podría valer hasta 4.5 miles de millones de libras. En cualquier caso, nada de eso parece cercano: el profesor y presidente de la Real Sociedad Astronómica de Estados Unidos, John Zarnecki, ha estimado que llevaría "alrededor de 25 años obtener una demostración conceptual" sobre si es posible extraer oro del espacio.
Y desde la ciencia se advierte del peligro de repetir en el espacio los mismos errores cometidos ya en la Tierra, buscar permanentemente nuevos recursos sin importar el impacto y hasta agotarlos. "Si no pensamos en esto ahora, seguiremos adelante como siempre lo hemos hecho, y en unos pocos cientos de años enfrentaremos una crisis extrema, mucho peor de lo que tenemos ahora en la Tierra", opina Martin Elvis, astrofísico en el Smithsonian Astrophysical Observatory en Cambridge (Massachusetts, EEUU). "Una vez que hayas explotado el sistema solar, ya no quedará ningún sitio al que ir", advierte.