Oceana insta a las principales potencias pesqueras industriales a que pongan freno a las subvenciones pesqueras perjudiciales que facilitan la sobreexplotación y la pesca de larga distancia no sostenible, según se desprende de un nuevo informe publicado por la organización ecologista.
Según Oceana, por primera vez pueden rastrearse subvenciones perjudiciales por valor de miles de millones de euros hasta destinos de todo el planeta, incluyendo las aguas de países menos desarrollados (PMD) y la alta mar. Según la organización, las subvenciones perjudiciales son pagos que permiten que los pescadores viajen más lejos, permanezcan en el mar más tiempo o tengan mayor capacidad que sin dichas ayudas.
España uno de los 10 máximos
China, Japón, Corea, Rusia, EE.UU., Tailandia, Taiwán, España, Indonesia y Noruega son los 10 máximos proveedores mundiales de subvenciones pesqueras perjudiciales, por un valor total acumulado de 12.946 millones de euros. La UE, contada en bloque, proporciona 1.681 millones en subvenciones perjudiciales, lo cual la convierte en el tercer mayor proveedor, por detrás de China (4.960 millones) y Japón (1.765 millones).
Los 10 principales gastaron 4.539 millones de euros en subvenciones perjudiciales pescando en las aguas de otras 116 naciones, y otros 672 millones en alta mar. Por lo que respecta a la pesca en las aguas remotas de otras naciones, China es, una vez más, el principal otorgador de subvenciones perjudiciales, con un volumen de ayudas de 2.900 millones de USD, mientras que la mayor huella acumulativa de subvenciones perjudiciales se localiza en aguas japonesas, donde se estima que las flotas de larga distancia de otras potencias pesqueras han gastado 1.176 millones de euros.
En las aguas de varios países menos desarrollados, las capturas realizadas y las subvenciones presuntamente recibidas por las flotas extranjeras exceden con creces las de la flota nacional. Con subvenciones que a menudo suponen entre el 20% y el 40% del valor de las capturas, resulta altamente probable que las flotas de larga distancia no fueran rentables si no contaran con las subvenciones pesqueras y el acceso sin restricciones a las aguas territoriales de otras naciones, entre las que figuran países menos desarrollados.
Para Oceana, un caso extremo es el de Guinea-Bissau, donde las subvenciones concedidas a la pesca extranjera en sus aguas exceden las subvenciones nacionales en una proporción de 1.173 a 1.
Verdaderas implicaciones morales y éticas
De acuerdo con el coautor del estudio y miembro de la junta de Oceana, U. Rashid Sumaila, "la disparidad entre el coste y los beneficios de las subvenciones pesqueras tiene verdaderas implicaciones morales y éticas. De media, para conseguir el acceso de sus flotas de larga distancia a aguas africanas, las potencias pesqueras extranjeras destinan en dólares dos veces lo que África ofrece a sus propias pesquerías nacionales. Para algunos países de África occidental, el pescado supone hasta el 60% de la proteína de su dieta alimentaria". Así pues, Ocena cree que es posible que estos grandes otorgadores de subvenciones estén ayudando a sus propias flotas pesqueras transfiriendo los riesgos de la sobrepesca a los países que menos pueden permitírselos.
Este estudio ve la luz en un momento crítico, ya que la Organización Mundial del Comercio (OMC) tiene previsto reunir el 15 de julio a los líderes mundiales en una reunión a nivel ministerial con el fin de acordar normas para reducir las subvenciones pesqueras que potencian la sobrecapacidad de las flotas, la sobrepesca y la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR).
Se nos acaba el tiempo y el pescado
"Cientos de millones de personas en comunidades costeras de todo el mundo dependen de la pesca como medio de sustento y para mantener un buen estado de salud; y, sin embargo, vemos como esos mismos recursos están siendo explotados por buques pesqueros industriales extranjeros altamente subvencionados. Tras 20 años de dilaciones, se nos acaba el tiempo y el pescado; debemos dejar de subvencionar la sobrepesca de inmediato", ha afirmado Andy Sharpless, director ejecutivo de Oceana.
Mientras los líderes políticos, los ministros y los delegados se preparan para la reunión ministerial de la OMC prevista para el 15 de julio, Oceana insta a la OMC a prohibir las subvenciones perjudiciales a la pesca y todas las actividades de apoyo relacionadas fuera de la propia jurisdicción de cada estado miembro de la organización, pedir a los principales otorgadores de subvenciones que asuman la mayor parte de la responsabilidad a la hora de eliminar las subvenciones perjudiciales y redirigir dichos fondos a ámbitos beneficiosos y desarrollar un marco para la mitigación de las subvenciones pesqueras perjudiciales que sea transparente, imponga plazos concretos, se base en los resultados y cuente con normas claras de notificación de datos para todos los estados miembros.