Las flotas pesqueras extranjeras, así como el comercio internacional de productos del mar, están desviando micronutrientes vitales de las poblaciones desnutridas en beneficio de los países ricos, según revela un nuevo estudio publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

 

El pescado puede reducir sustancialmente las tasas de malnutrición

 

El pescado es una fuente importante de micronutrientes y ácidos grasos esenciales que pueden reducir sustancialmente las tasas de malnutrición y las condiciones de salud asociadas, como la mortalidad materna, el retraso en el crecimiento y la preeclampsia.

Sin embargo, este nuevo estudio, el primero de este tipo y que lleva seis años de elaboración, demuestra que la pesca extranjera (flotas que faenan en aguas extranjeras) y el comercio internacional de productos del mar agravan la inseguridad nutricional, ya que sustraen el pescado de las aguas de las naciones con alta prevalencia de malnutrición y desvían las capturas predominantemente a los países más ricos.

El comercio internacional de pescado y la pesca en el extranjero han sido objeto de un intenso debate por ser los causantes de la distribución desigual del pescado y de su rendimiento económico.

Sin embargo, hasta ahora se desconocía su impacto en el suministro de nutrientes a las poblaciones locales.

 

Cálculos detallados de los nutrientes

 

El equipo internacional de investigadoras analizó las capturas mundiales de pescado, el comercio y la composición de nutrientes (calcio, hierro, selenio, zinc, omega-3, vitamina A y proteínas) de la pesca marina mundial.

Utilizaron un modelo desarrollado previamente por la investigadora principal de este estudio, la profesora Christina Hicks, de la Universidad de Lancaster (Reino Unido).

Este modelo permite realizar cálculos detallados de los nutrientes en función de las especies de peces que se capturan en las pesquerías, y no simplemente de la cantidad de pescado capturado.

Las investigadoras descubrieron que más del 60% de los países obtienen ganancias netas de nutrientes derivados del pescado a través del comercio internacional: Nigeria, Francia, Japón e Italia son los que más ganan.

 

30% de los países experimentan pérdidas netas de nutrientes

 

Alrededor de un tercio de los países tienen pérdidas netas de nutrientes en el comercio.

Aunque entre ellos se encuentran algunos exportadores destacados, como China y Rusia, más de la mitad de los países que pierden micronutrientes derivados del pescado son pequeños estados insulares vulnerables y naciones africanas, como Namibia y las Maldivas.

Aunque el comercio impulsa importantes flujos de nutrientes entre las naciones, los resultados del estudio sugieren que las flotas pesqueras extranjeras que capturan en aguas de otras naciones pueden ser una causa más importante de que los nutrientes derivados del pescado no lleguen a las personas vulnerables. Sus conclusiones sugieren que la pesca extranjera desplaza una vez y media más nutrientes que el comercio internacional de pescado.

La investigación descubrió que más del 30% de los países experimentan pérdidas netas de nutrientes debido a la pesca extranjera. Entre estos países que experimentan pérdidas de nutrientes por la pesca exterior se encuentran naciones desarrolladas y resistentes como Noruega y el Reino Unido.

Sin embargo, alrededor de la mitad de las naciones que experimentan pérdidas netas tanto por la pesca exterior como por el comercio son pequeños estados insulares y naciones africanas, muchas de las cuales tienen poblaciones donde la malnutrición es más frecuente.

 

Inseguridad nutricional

 

Y el estudio revela que la pesca en aguas extranjeras beneficia predominantemente, aunque no exclusivamente, a las naciones con seguridad nutricional, con varios países que se benefician desproporcionadamente, como Japón, China y Corea del Sur.

Estos hallazgos se suman a la preocupación por los acuerdos que permiten a las flotas pesqueras extranjeras pescar en países de ingresos bajos y medios, destacando que tales acuerdos reducen la capacidad de las naciones para dirigir su propia producción de alimentos hacia los ciudadanos que sufren inseguridad nutricional.

La doctora Kirsty Nash, autora principal del estudio, destaca que "las conclusiones sugieren que, si se tienen en cuenta las diferencias nutricionales entre las especies de pescado y las necesidades nutricionales de las naciones, la distribución de los suministros de pescado a través de la pesca extranjera, y amplificada por el comercio internacional, puede estar socavando la seguridad alimentaria nutricional y la equidad internacional".

"La pesca marina encierra un potencial no aprovechado para ayudar a subsanar las deficiencias mundiales de nutrientes, pero tenemos que armonizar las políticas de pesca, salud y comercio para garantizar que los nutrientes lleguen a las personas vulnerables a la desnutrición -prosigue-. Y los responsables de la toma de decisiones deben considerar los nutrientes derivados de la pesca como un recurso clave que necesita protección".

Por su parte, la profesora Christina Hicks, de la Universidad de Lancaster, subraya que "la inseguridad nutricional es una preocupación mundial acuciante y la pesca tiene el potencial de reducir la carga sanitaria de la desnutrición". "Sin embargo -añade-, nuestro análisis muestra que las flotas pesqueras extranjeras y el comercio internacional contribuyen sustancialmente a la redistribución a gran escala del pescado desde las aguas de los países donde se captura y, en muchos casos, lejos de donde se encuentran las personas que más necesitan estos micronutrientes vitales".

 

 

Mayor transparencia en torno las prácticas de las flotas pesqueras extranjeras

 

La experta destaca que "esta investigación pone de manifiesto la necesidad de una mayor transparencia en torno a la distribución del pescado y a las prácticas de las flotas pesqueras extranjeras.

Y para que la pesca alcance su potencial para reducir la desnutrición mundial, y las terribles consecuencias para la salud asociadas a ella, es necesario que la seguridad nutricional se tenga más en cuenta cuando los países desarrollen acuerdos comerciales internacionales", recomienda.

Además, las investigadoras desarrollaron un novedoso "marco de vulnerabilidad nutricional" que muestra que los pocos pequeños estados insulares en desarrollo y las naciones africanas que se benefician del comercio y la pesca extranjera en la actualidad también se encuentran entre los más vulnerables a futuros cambios en el suministro de nutrientes, a través de cambios en el comercio y las prácticas de pesca extranjera.

 

Efectos del cambio climático

 

Las investigadoras también modelizaron los efectos del cambio climático, que se prevé que provoque un descenso general de la producción pesquera. Esta evaluación agrava la vulnerabilidad en materia de nutrientes de muchas naciones, con un mayor impacto en los países tropicales y los pequeños estados insulares como Papúa Nueva Guinea y Guyana.