Incorporar el bienestar animal en la formulación de políticas sobre el sistema alimentario y el cambio climático puede mejorar tanto la política como la práctica, según una investigación de la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos, publicada en la revista Science (1).
El estudio señala que el bienestar animal rara vez se tiene en cuenta durante la formulación de políticas, explica por qué las herramientas actuales dificultan la incorporación del bienestar de los animales en las políticas públicas e identifica métodos para remediar estos problemas.
El bienestar de los animales suele ser ignorado en la formulación de políticas, a pesar de su importancia en muchos ámbitos, desde los sistemas alimentarios a la investigación biomédica y la política climática
MARK BUDOLFSON, profesor del Centro de Bioética Poblacional del Instituto Rutgers de Salud y coautor del estudio
"El bienestar de los animales suele ser ignorado en la formulación de políticas, a pesar de su importancia en muchos ámbitos, desde los sistemas alimentarios a la investigación biomédica y la política climática", afirma Mark Budolfson, profesor del Centro de Bioética Poblacional del Instituto Rutgers de Salud, Política Sanitaria e Investigación sobre el Envejecimiento y coautor del estudio.
Los responsables políticos carecen de métodos establecidos para integrar el bienestar animal
"Parte de la razón por la que se ignora el bienestar animal es que los responsables políticos carecen actualmente de métodos establecidos para integrar el bienestar animal en la toma de decisiones", añade.
Según los investigadores/as, existen herramientas bien desarrolladas para incorporar el bienestar humano al análisis de las políticas, pero otras comparables para incorporar el bienestar animal están en sus primeras fases de desarrollo.
Por ejemplo, los refugios que no matan animales ayudan a contrarrestar el malestar público por la eutanasia de animales no deseados. Una pregunta política podría ser: ¿Deberían subvencionarse públicamente estos refugios de animales para evitar tener que practicar la eutanasia si esas subvenciones desviaran recursos de otros intereses humanos?, sugieren los investigadores.
Nuevas herramientas, como las presentadas por los autores del estudio, podrían ayudar a los responsables políticos a evaluar las repercusiones de una política como ésta en el bienestar de humanos y animales a una escala común.
Garantizar que el bienestar animal se incluya en los debates políticos
"Es habitual que los responsables políticos sopesen los costes y beneficios de distintas políticas. Describimos métodos emergentes que permiten incluir en esos cálculos las repercusiones sobre el bienestar animal", afirma Bob Fischer, coautor del estudio y profesor asociado del Departamento de Filosofía de la Universidad Estatal de Texas (Estados Unidos).
Los autores del estudio sugieren llevar a cabo investigaciones interdisciplinarias para desarrollar y perfeccionar métodos de cuantificación del bienestar entre especies; utilizar correlaciones mensurables entre animales y humanos; y garantizar que el bienestar animal se incluya en los debates políticos.
"Hay muchos ámbitos en los que el bienestar animal es importante, como cuando los gobiernos pretenden mejorar la productividad agrícola y reducir al mismo tiempo el uso de la tierra y las emisiones de gases de efecto invernadero", señala Budolfson, profesor del Departamento de Salud Ambiental y Ocupacional de la Escuela de Salud Pública de Rutgers, afiliado también a la Iniciativa para el Bienestar de la Población de la Universidad de Texas.
Es un error ignorar el efecto de nuestras políticas públicas sobre los animales salvajes y domésticos
"Desgraciadamente, algunas de las formas más directas de hacerlo tienen implicaciones negativas para el bienestar animal, por lo que los responsables políticos deberían preguntarse --prosigue--: "¿Cuándo, si es que alguna vez lo es, es mejor aumentar la sostenibilidad ambiental si con ello se reduce el bienestar animal?".
"La conclusión es que es un error ignorar el efecto de nuestras políticas públicas sobre los animales salvajes y domésticos --apunta Noah Scovronick, coautor del estudio y profesor de la Escuela Rollins de Salud Pública de la Universidad de Emory--. Nuestras decisiones afectan a otras especies, y a su vez otras especies nos afectan a nosotros, ya sea a través de enfermedades que pueden transmitirse de un lado a otro, a través de la productividad de nuestro suministro de alimentos, o cualquiera de los muchos otros ejemplos posibles".