España pierde cada año un 5% de razas ganaderas y variedades vegetales autóctonas destinadas, principalmente, a la producción de alimentos, según denuncia la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (FFRF). Con el objetivo de frenar esta pérdida, la FFRF ha puesto en marcha el proyecto ConSuma Naturalidad: una marca de garantía que diferenciará a los productos que, por sus sistemas de producción en origen, favorecen la conservación de la biodiversidad, incluida la de la fauna y flora salvajes que prospera en los espacios agrícolas o ganaderos implicados.
Por biodiversidad o diversidad biológica se entiende "la variabilidad de organismos vivos de todas las clases, incluida la diversidad dentro de las especies, entre las especies y de los ecosistemas", según el Convenio de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica(CDB).
Los productos con el sello ConSuma Naturalidad procederán de las razas de ganado y especies o variedades vegetales endémicas como la vaca pirenaica, el olivo empeltre o la uva garnacha blancha y roja. La FFRF pretende que aumente la demanda de dichos artículos para que no cese su producción y no desaparezcan del mapa español y, por ende, mundial. Al mismo tiempo, su conservación favorece a la de las especies silvestres como el quebrantahuesos o el topillo campesino.
Así pues, el consumidor final tendrá en última instancia –con su elección de compra– la posibilidad de evitar la desaparición de estas especies, que constituyen la garantía de nuestra soberanía alimentaria.
El proyecto, avalado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) y financiado por el programa LIFE+ de la Unión Europea, arranca su último año –lleva dos en desarrollo– con las campañas de comercialización y comunicación, tal y como explica a EcoAvant.com Natalia Moreno, miembro del equipo que lleva adelante la iniciativa.
Por ahora, una vez el distintivo ya ha sido aprobado por la Oficina Española de Patentes y Marcas, la FFRF busca más adhesiones entre productores, distribuidores, industriales, restauradores, etc. "Hasta el momento, la recepción ha sido muy buena. Hay mucha gente adherida e interesada", asegura Moreno.
La Fundación también lanzará una campaña de comunicación para informar al consumidor mediante documentales, una aplicación móvil para geolocalizar puntos de venta y de restauración en los que poder encontrar los artículos y una página web.
España, a la cabeza de la UE
"Con este proyecto se beneficiarán de manera directa o indirecta, las 900 especies de la biodiversidad silvestre que se desarrollan en ecosistemas agrarios (170 en peligro de extinción); las más de 140 razas de ganado autóctono que se producen en nuestro país (123 en peligro de extinción); las más de 21.000 ganaderías basadas en razas autóctonas; los más de 300.000 agricultores de variedades vegetales autóctonas, entre otros", expuso la Directora General de la Fundación, Odile Rodríguez de la Fuente, durante la presentación de la iniciativa.
Según el CDB, España es uno de los países con mayor diversidad biológica de la Unión Europea. Los datos del MAGRAMA indican que el territorio español cuenta con la mayor superficie protegida de la UE, casi 15 millones de hectáreas, y con aproximadamente la mitad de las 142.000 especies animales identificadas en el continente.
Tal riqueza ha ido mermando en los últimos 50 años. "Los ecosistemas y la biodiversidad han sufrido un proceso acelerado y sin precedentes de alteraciones como resultado de la insostenibilidad del modelo de desarrollo económico predominante y el estilo de vida asociado al mismo", sentencian los científicos encargados de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de España (EME), un análisis publicado a finales de 2011 promovido por la Fundación Biodiversidad del MAGRAMA siguiendo la iniciativa de Naciones Unidas.
Un problema mundial
La biodiversidad del planeta también es cada vez menor. La disminución se produce a un ritmo sin precedentes, según se desprende de la última Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 3, de 2010.
"Lo más preocupante es que las cinco presiones principales que impulsan directamente la pérdida de la biodiversidad –la pérdida de hábitats, la sobreexplotación, la contaminación, las especies exóticas invasoras y el cambio climático– se mantienen constantes o incluso se están intensificando", remarca el informe.
La intensa actividad humana es la principal causa de la destrucción de la diversidad biológica en muchos territorios. Una biodiversidad que, a su vez, y pese a la escasa sensibilización social sobre el tema, es de vital importancia en el bienestar presente y futuro de la humanidad, según los organismos competentes.
"El suministro de alimentos, fibras, medicamentos y agua dulce; la polinización de los cultivos; la filtración de contaminantes y la protección frente a los desastres naturales, son algunos de los servicios ecosistémicos que pueden verse amenazados por la disminución y los cambios que se producen en la biodiversidad", explica el estudio. La larga lista de perjudicados también incluye a "los servicios culturales, como los valores espirituales y religiosos, las oportunidades para adquirir conocimiento y educación así como los valores estéticos y recreativos".
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