La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) ha decidido en su 23ª reunión anual, celebrada en Ciudad del Cabo (Suráfrica), mantener la cuota de pesca de atún rojo (Thunnus thynnus) para 2014 en el Atlántico Oriental y el Mediterráneo en 13.400 toneladas hasta que nuevos estudios científicos avalen que la especie se ha recuperado en estas zonas (en el mar Negro y el Caspio ya está extinto).

Tras 3.000 años de explotación por el hombre, la población de atún rojo empieza a dar claras señales de agotamiento. La población de esta especie ha descendido en los últimos 10 años de forma drástica como consecuencia de la gran demanda del mercado internacional de sushisashimi, tal y como señala la organización ecologista Oceana.

Por un ejemplar gigante —los hay de hasta tres metros y 900 kilos de peso— pueden llegar a pagarse cientos de miles de euros en mercados japoneses o canadienses. El récord fue de 1,3 millones por un pez de 222 kilos a principios de este año en Tokio. 

La cantidad de atunes adultos reproductores ha caído un 85% en el Atlántico Oriental y el Mediterráneo, afirma el WWF. El año pasado fue el primero en que el organismo pesquero internacional atendió las advertencias de los científicos y fijó las cuotas que ahora se mantienen.

Por un ejemplar de 222 kilos se llegaron a pagar 1,3 millones de euros en Tokio

De esta forma, la cumbre pesquera intergubernamental se posiciona en sintonía con las posturas defendidas por la Comisión Europea y rechaza la petición de incrementar la cifra planteada por varios países, entre ellos España, que en 2014 continuará con el total admisible de capturas (TAC) fijado en unas 2.504 toneladas, cerca del 20% del total, lo que la convierte en el país de la Unión Europea con mayor volumen de pesca autorizado.

A pesar de dicha derrota para los intereses del sector atunero español, el Gobierno ha conseguido mantener las cuotas de pesca actuales para especies comerciales importantes para la flota nacional como el pez espada del Atlántico y el bonito del norte, e introducir una modificación en la temporada de pesca de atún rojo para la flota canaria.

Asimismo, ha obtenido mejoras con respecto al control de la pesquería de atún rojo en el Mediterráneo y en el Atlántico oriental. Concretamente, la aprobación de un protocolo de utilización de cámaras estereoscópicas, destinadas a contar y medir los animales que se enjaulan en las granjas de engorde. Actualmente, la falta de trazabilidad de estos ejemplares hasta su llegada a los mercados permite ocultar entre ellos capturas no declaradas.

“Como ha demostrado WWF durante muchos años, las granjas de engorde son una de las áreas menos controladas del negocio del atún rojo. Sólo este año, en una granja de atún en el Mediterráneo donde las autoridades utilizaron imágenes estereoscópicas, se encontraron 550 toneladas de atunes vivos sin declarar. Esta cantidad es mayor que la cuota anual de capturas de muchos países miembros de la ICCAT y muestra una situación muy preocupante”, denuncia Sergi Tudela, responsable de Pesca del Programa Mediterráneo de la mayor organización conservacionista del mundo.

 

Oposición asiática

 

La cuota de pesca del atún rojo en el Atlántico Occidental, de la que se benefician Estados Unidos, Japón y Canadá, se ha congelado en 1.750 toneladas. Una decisión que no ha gustado al Ejecutivo español porque, según una nota ministerial, "es incompatible con el plan de recuperación en vigor". El TAC para ambos stocks será revisado de nuevo en la reunión de 2014.

La Unión Europea planteó de nuevo en Ciudad del Cabo la necesidad de prohibir la práctica pesquera de tiburones denominada aleteo (del inglés shark finning), que consiste en cercenar las aletas de los escualos (empleadas en la gastronomía oriental para preparar platos muy caros y apreciados como la sopa de aleta de tiburón) y devolver al mar el cuerpo mutilado de un animal muchas veces todavía vivo. Se calcula que cada año mueren 73 millones de tiburones sólo para abastecer el mercado de Hong-Kong.

Países como los miembros de la UE o Costa Rica, y ciudades como Nueva York, han puesto ya esta práctica fuera de la ley, y la Interpol ha alertado estos días de una estratagema empleada por los pescadores que faenan en el país centroamericano consistente en conservar una delgada tira de piel del tiburón a la que permanecen adheridas las aletas para aparentar que se ha llevado al puerto al animal entero

La ICCAT descartó proteger a los tiburones y tomar medidas contra la práctica del 'aleteo'

Asimismo, la UE ha propuesto limitar el nivel de capturas del marrajo dientuso (Isurus oxyrinchus) y prohibir definitivamente la pesca del marrajo sardinero o tiburón cailón (Lamna nasus), una especie en peligro de extinción. A pesar de contar con más apoyo que en el anterior encuentro de la ICCAT, la oposición de los países asiáticos (especialmente Japón, China y Corea) y de Canadá ha frustrado la aprobación de estas propuestas.

"La inacción de la ICCAT con los tiburones continua siendo una burla del término gestión, ya que las partes simplemente han optado por ignorar las recomendaciones científicas", asegura la responsable de la campaña de tiburones de Ocena en Europa, Allison Perry.

La UE abolió definitivamente el shark finning en las flotas de sus países miembros este año tras eliminar las excepciones que contemplaba la ley de 2003, que permitía expedir permisos especiales para la transformación del animal a bordo, por lo que las aletas se podían cortar en alta mar y desembarcarlas separadas del cuerpo, práctica que dificultaba el control efectivo del cumplimiento de la ley.