¿Qué diferencia las pseudociencias de la ciencia?
En el mundo hay muchas creencias mágicas, muchas supersticiones, pero las pseudociencias son las únicas que pervierten la ciencia. Utilizan sus instrumentos, su terminología, sus maneras, sus definiciones... para algo que no lo es. Son un atentado a la lógica científica, montajes basados en teorías sin ninguna evidencia ni rigor, un insulto a la inteligencia.
A finales de 2013, usted fue uno de los impulsores del manifiesto No sin evidencia, en contra de la equiparación de los productos homeopáticos a los medicamentos, que obtuvo un gran eco en las redes sociales.
En realidad ya llevábamos muchos años criticando las pseudociencias aplicadas a la salud pero, hace un par de años, el Ministerio de Sanidad dio un salto cualitativo muy importante cuando puso en marcha un proceso de regulación de la homeopatía, que hasta entonces se encontraba en una especie de alegalidad: los productos homeopáticos se vendían en las farmacias pero no eran medicamentos, no eran alimentos, no tenían registro de sanidad... Querían poner fin a esta situación homologando varios miles de ellos y sus diluciones pese a que carecen de indicación terapéutica, de dosis establecidas, de estudios que avalen su eficacia y no se han sometido a ensayos clínicos...
Se trata de productos que no nos dicen en ningún momento para qué son y cuyo contenido químico es irrelevante y no terapéutico. Para que se reconozca un medicamento, éste debe acreditar, mediante ensayos clínicos reproducibles, unas condiciones de eficacia y seguridad al menos superiores a las de un placebo. Así que los productos homeopáticos ni lo son ni pueden serlo. Y, por eso, un grupo de profesionales sanitarios, gente de ciencia, periodistas y otros apoyamos el manifiesto, cuyo objetivo era activar el debate sobre esta cuestión, lograr que haya una información más allá de los lugares comunes que son lo único que la mayoría de la gente ha oído sobre la homeopatía.
¿Qué respuesta obtuvieron del ministerio?
De momento, ninguna. El tema lleva año y medio parado. El Gobierno no ha dado ningún otro paso. Pero si sigue adelante con el proyecto de regulación, volveremos a la movilización.
¿A qué se debe el éxito social de estas llamadas medicinas alternativas?
A que mucha gente angustiada necesita recurrir al pensamiento mágico, a la superstición, a un placebo... Es algo habitual en sociedades ricas y desarrolladas, que ya no recuerdan lo que era vivir en un mundo sin una aplicación adecuada de la química. Yo viajo a menudo a zonas remotas de África y allí se puede comprobar lo que es vivir sin el amparo de la ciencia. Aunque, para mucha gente, estos tratamientos pseudocientíficos son tan sólo un complemento de la medicina oficial. Es el tan manido a mí me va bien. Y solamente los pacientes más iluminados renuncian a un tratamiento científico en el caso de una enfermedad grave.
¿Es España un país particularmente crédulo frente a las pseudociencias?
No, en Francia y Alemania la homeopatía tiene mucha más presencia que en España. Y en el Reino Unido, el Sistema Nacional de Salud financiaba sus tratamientos, pero dejó de hacerlo hace años a raíz de un estudio que los desacreditaba.
La mala imagen de las grandes compañías farmacéuticas, que sólo buscan el beneficio económico y apuestan por investigar únicamente las enfermedades más lucrativas, ¿juega a favor de las pseudociencias?
Todo eso es cierto y muy criticable, pero se trata de otra cuestión. Aunque es cierto que la gente lo relaciona. Se hace una mezcla entre lo natural, lo ecológico y lo alternativo. Olvidan que sin los avances de la química no podría alimentarse a toda la humanidad, ni podríamos curar las infecciones, ni tratar la diabetes. Lo natural puede ser deseable pero, a veces, es peligroso: ¡la malaria es lo más natural del mundo!
Si los tratamientos pseudocientíficos son terapéuticamente nulos... ¿qué hay detrás de ellos?, ¿un fraude premeditado?
Yo creo que no es sólo eso, es algo más complicado... Supondría un esfuerzo demasiado grande para tratarse solamente de una estafa. Creo que realmente hay mucho iluminado que se cree lo que dice. Las pseudociencias se basan en un cuerpo de doctrina, que es lo que necesita un creyente. Y éste aplica un proceso de disociación cognitiva, se mueve en un círculo de pensamiento cerrado: sólo atiende a lo que confirma sus opiniones.
Si no sirven para nada, su continuo fracaso terapéutico debería dejar a las pseudociencias sin clientela.
Aunque no le suministren más que una bolita de sacarosa, el estado de algunos pacientes sí mejora, pero eso se debe a que existe una selección previa de los mismos. Los homeópatas, como otros médicos alternativos, atienden los casos que les resultan más favorables: los menos dependientes de la farmacología química, los de cariz más psicosomático, que responden mejor a simples procesos de empatía... Ese es el núcleo principal de sus usuarios. Son ventajistas: ¡juegan siempre a ganador!
¿Por qué los homeópatas son reconocidos por los colegios médicos?
Pese a que no es necesario tenerla para ejercer esta especialidad, muchos homeópatas han terminado la carrera de Medicina y están organizados, y tienen que admitirlos porque la colegiación es obligatoria y no les pueden marginar. Pero, sean o no médicos titulados, se forman como homeópatas a través de canales no oficiales. Hay una escuela en Barcelona que expide un título en tres años para el que se puede apuntar cualquiera.
¿Quién fabrica los productos homeopáticos? ¿Tienen los grandes laboratorios farmacéuticos intereses en este sector?
Los dos principales laboratorios homeopáticos internacionales son Heel, que es alemán, propiedad al cien por cien de una familia de industriales que también posee el 22% de la BMW, y que además fabrica cosméticos, y el francés Boiron. Ningún fabricante de productos homeopáticos tiene relación con la industria farmacéutica química.
Según el sector, el mercado de la homeopatía en España genera más de 50 millones de euros.
¡Y todo es beneficio: no gastan nada en fabricar sus productos, que a menudo no contienen más que cantidades ínfimas de sacarosa o lactosa! Por otra parte, las consultas homeopáticas son siempre privadas, y cobran de 80 a 100 euros por visita de media hora. Porque hay que destacar que el tipo de cliente que acude a ellas no pertenece al pueblo llano: es una persona con estudios y con ingresos medios.
Los medios de comunicación dan a las pseudociencias el mismo tratamiento que a la ciencia convencional, según revela el estudio Percepciones y actitudes de los periodistas científicos sobre la pseudociencia en España, realizado por expertos de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona.
He sido invitado a muchos programas de televisión, y en ellos se busca siempre el discurso de la equidistancia. Y no se pueden poner las dos cosas al mismo nivel. Es un insulto a la razón. Desde los medios no se lleva a cabo una labor educativa en favor de la ciencia.
¿Cuáles son las pseudociencias médicas más extendidas?
Sin duda, la que más es la homeopatía. La acupuntura es otra de las reinas de este mundo. De la misma manera, se apoya en bases absurdas: los lugares donde se clavan las agujas no se corresponden con terminaciones nerviosas relacionadas con los efectos que se les atribuyen. Pero aquí el efecto placebo es más difícil de demostrar, porque... ¿con qué comparas sus efectos?, ¿con los de no pinchar en ningún sitio? Y hay muchas más, la lista es larga: el reiki, la reflexoterapia, la osteopatía, que con su manipulación de distintas partes del cuerpo persigue la recolocación del problema... todas se basan en los chakras, en los supuestos puntos energéticos... un discurso bonito, pero racionalmente insostenible. Debería haber un organismo que se encargara de analizar sus propuestas, como se hace con las sectas. Con frecuencia, ambas cosas están relacionadas.
¿Hay alguna de estas terapias que resulte peligrosa?
Solamente aquellas que tiendan a aislar al paciente de otras posibilidades científicas, las que aspiran a tratar la globalidad del problema. Y no por lo que hacen, sino por lo que no dejan hacer.
Cristaloterapia, flores de Bach, moxibustión, angeloterapia, alquimia del sonido sagrado... el Grupo de Investigación en Comunicación Científica de la UPF ha identificado una treintena de terapias pseudocientíficas. ¿Cuál es la más sorprendente con que se ha topado?
Un paciente me habló una vez del agua vibracional diamantina. Quienes la comercializan afirman que el agua tiene memoria, que la venden tras un tratamiento botella a botella por parte de un gurú que le transmite vibraciones positivas y que el paciente puede grabar en ella sus deseos. Cada botella contiene 330 mililitros, que según su web se pueden diluir para producir 30 litros con "prácticamente las mismas cualidades".
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