La calidad del aire durante el último trimestre de 2020 volvió a situarse en los niveles previos a la pandemia del coronavirus a pesar de las restricciones de movilidad en buena parte del país, según datos del Informe de indicadores de la calidad del aire del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.
El informe analiza en concreto las concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas en suspensión inferiores a 10 micras (PM10), contaminantes vinculados fundamentalmente al tráfico.
En concreto, expone que en el primer estado de alarma, que se declaró el 14 de marzo, se registró una mejora "sin precedentes" de la calidad del aire en las ciudades españolas. Sin embargo, en el último trimestre del año pasado, pese a la menor movilidad aumentaron las concentraciones de NO2 de manera progresiva y se situaron en niveles cercanos a los previos a la pandemia.
El informe de indicadores de calidad del aire analiza el impacto de la pandemia del COVID-19 en estaciones urbanas o suburbanas de municipios con más de 200.000 habitantes.
De este modo, estudia el comportamiento del dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas en suspensión inferiores a 10 micras (PM10). En concreto, se aprecia en el informe que las concentraciones medias mensuales de NO2 de 2020 se han mantenido por debajo del promedio con respecto a 2017-2019 durante todos los meses del año.
Sin embargo, esta leve reducción observada en septiembre y noviembre es similar a la de los meses de enero y febrero, por lo que podría considerarse que se llegaron a alcanzar niveles esperados para esos meses.
En el cómputo anual, los indicadores del informe reflejan que en 2020 hubo una mejora sin precedentes en la calidad del aire de las ciudades, sobre todo en el NO2 durante marzo y abril. Así, la reducción de la concentración del mes de abril respecto al promedio medido en años anteriores llegó al 47%.
Recuperación paulatina
Los indicadores muestran también una recuperación paulatina de los niveles de este contaminante a lo largo del segundo semestre del año. Precisamente, la evolución mensual de NO2 en estaciones urbanas y suburbanas presenta habitualmente su punto de inflexión en los meses de verano; sin embargo, en 2020 se observa cómo el mínimo mensual se dio en el mes de abril.
Este hecho se puede asociar directamente al efecto de las medidas de restricción de la movilidad aplicadas en el primer estado de alarma.
A lo largo del año 2020 los valores promedios semanales durante el primer periodo de alarma fueron significativamente inferiores a la media de los últimos tres años. Y los más altos se registraron en estaciones urbanas.
En cuanto a las partículas PM10, el informe refleja una evolución heterogénea, ya que la contribución del tráfico sobre las concentraciones de PM10 registradas no es la única fuente de contaminación, sus niveles se ven influidos por los episodios de fuentes naturales, como el polvo subsahariano.
Valores superiores previos al primer estado de alarma
Estas intrusiones de fuentes naturales fueron frecuentes a lo largo del periodo analizado y ha influido en los niveles registrados, por lo que el informe del Ministerio admite que hay una mayor dificultad a la hora de interpretar los resultados.
Si bien, sí concluye que aunque los niveles de movilidad han sido inferiores a años anteriores durante el último trimestre del año las concentraciones de NO2 muestran un aumento progresivo y cercano a niveles de contaminación de años anteriores.
Incluso en algunas ciudades españolas se han observado valores superiores a los de las primeras semanas del año, previos al primer estado de alarma.