Los dirigibles, conocidos popularmente como zepelines por el conde alemán Ferdinand von Zeppelin, que los desarrolló a principios del pasado siglo, y cuya compañía todavía existe, podrían volver como alternativa menos contaminante a los aviones. Durante las décadas de 1920 y 1930, enormes globos alargados cruzaban el Atlántico transportando pasajeros antes de que lo lograran los primeros aeroplanos. El Graf Zeppelin, por ejemplo, voló más de dos millones de kilómetros, incluyendo la primera circunnavegación del planeta (en 21 días, 5 horas y 31 minutos). Como sucede con todos los inventos humanos, durante la I Guerra Mundial fueron usados como arma para bombardear.
Diversos accidentes, especialmente el del Hindenburg alemán en 1937 cuando aterrizaba en Nueva Jersey (Estados Unidos), debido a la ignición del hidrógeno que lo sustentaba, les crearon una inmerecida mala fama que se combinó con los avances en la aeronáutica que hicieron populares los aviones, más rápidos y más baratos de producir pero que consumían mucho más combustible. El mismo Hitler prohibió a los zepelines seguir volando.
Ahora que el cambio climático obliga a cuestionarse el uso masivo de la aviación comercial, algunas empresas apuestan por recuperar los dirigibles, ahora más rápidos, seguros y eficientes, como forma de transportar por el aire pasajeros y mercancías.
No necesitan energía para elevarse y descender, ni pista para ello, y llevan motores solares
Es el caso de la compañía británica Varialift Airships. Su director, Alan Handley, afirma que en breve podrán realizar un vuelo transatlántico desde el Reino Unido a los Estados Unidos, consumiendo solo el 8% del combustible de un avión comercial gracias a ser accionados por un par de motores solares además de dos motores a reacción convencionales. Sus creadores afirman que podrá transportar cargas que van desde 50 hasta 250 toneladas, aunque no descartan que sea posible construir dirigibles más grandes con cargas útiles de hasta 3.000 toneladas.
Además del menor consumo energético (por ejemplo, para elevarse y descender no necesitarán gastar ninguna, solamente comprimir o descomprimir el gas del que están rellenos), una de las ventajas de estos artefactos de aluminio (uno de los materiales de mayor capacidad de reciclaje) que emplean helio para elevarse es que no necesitan de largas pistas de aterrizaje para despegar y tomar tierra.
El dirigible “permite el acceso de carga a áreas remotas sin infraestructura a una pequeña fracción del costo de los helicópteros de carga”, destaca la compañía. “Las aeronaves Varialift pueden flotar indefinidamente sin usar energía. Esto significa que la carga voluminosa (por ejemplo, torres de electricidad, palas y torres de turbinas eólicas, recipientes a presión de reactores nucleares e intercambiadores de calor, estructuras prefabricadas como plataformas petrolíferas) se podrían transportar colgados de cables con mayor seguridad y menor consumo que usando helicópteros u otros medios.
Entre 300 y 350 km/h
Además, podrían tener una vida útil de hasta 40 años. Las desventajas, que su velocidad máxima podría ser, por ahora, menos de la mitad de la de un avión comercial. Como mucho, entre 350-350 km/h.
“Los dirigibles asegurarán en última instancia un porcentaje significativo (posiblemente la mayor parte) del negocio global de carga aérea, y una parte pequeña, pero aún extremadamente valiosa, del negocio de carga por carretera existente, particularmente para mercancías de larga distancia, voluminosas o livianas”, considera la compañía.
Varialift ha comenzado la construcción de un prototipo de 140 metros de largo, 26 metros de ancho y 26 metros de alto en la localidad de Chateaudun (Francia), en un complejo de 40 hectáreas donde se fabricarán tres modelos empleando a unas 300 personas durante cuatro años.
Según la revista New Scientist , el primer dirigible, el ARH-PT, destinado a capacitar a los futuros pilotos y servir de muestra para atraer inversiones, podría estar listo en nueve meses. La misma infraestructura industrial producirá posteriormente en masa el ARH50, una aeronave de 50 toneladas de carga útil y, más adelante, el ARH250, capaz de acarrear 250 toneladas.
Zeppelin sigue fabricando aeronaves, que hacen vuelos turísticos en el sur de Alemania
Varialift afirma haber llevado a cabo un extenso estudio que identifica “un mercado para miles de sus aeronaves”, que podrían competir ventajosamente con el transporte por carretera, contaminante y que colapsa muchas autopistas y carreteras, además de provocar accidentes de tráfico, de cantidades moderadas de carga.
Los dirigibles nunca llegaron a desaparecer del todo. Es habitual verlos empleados principalmente en labores publicitarias. Pequeños dirigibles se usan en acontecimientos de masas o en recintos deportivos para tomar imágenes aéreas (aunque los drones los van desbancando). El año pasado, la empresa aeroespacial Thales Alenia Space presentó el Stratobus, una plataforma estratosférica de 115 metros de longitud que aúna las ventajas de los drones y de los satélites, diseñado para proporcionar imágenes de alta resolución desde largas distancias.
Y Zeppelin sigue fabricando pequeños dirigibles de pasajeros que realizan vuelos turísticos sobre el lago Constanza en Alemania, la zona donde nació su creador y se desarrollaron los primeros para pasajeros, Munich o el Rin. Parten del aeropuerto de Friedrichshafen y los precios son a partir de 255 euros por media hora.
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