Ecologistas en Acción han alertado sobre la presencia de envases de "fitosanitarios muy tóxicos" e "ilegales" en la rambla del Cañuelo que fueron localizados el pasado 20 de octubre tras organizar una ruta senderista entre la Puebla de Vícar y Enix, en Almería.

En concreto, según han trasladado en una nota, los participantes encontraron 20 garrafas de metam sodio, un desinfectante de suelo "con gran poder biocida" y cuya materia activa "es de reconocida toxicidad y perjuicio tanto para la salud humana como para el entorno natural".

"Aunque la Unión Europea permite el uso de fitosanitarios con metam sodio, en España solo puede utilizarse bajo autorización excepcional del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, condicionada a períodos y lugares específicos, así como a la implementación de rigurosas medidas de seguridad", han afirmado.

 

Efectos nocivos duraderos

 

Asimismo, aseguran que la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas recoge que el metam sodio es "muy tóxico para los organismos acuáticos, con efectos nocivos duraderos", por lo que estiman que estos vertidos estarían "dañando gravemente la biodiversidad de este entorno único, con implicaciones negativas para la economía local, que depende principalmente de la agricultura y el turismo".

Esta rambla de la Sierra de Gádor, área protegida ZEC, con flujo de agua permanente, alberga hábitats de interés comunitario y es zona de refugio y campeo de especies amenazadas como el arto, el águila perdicera, el búho real o el murciélago cavernícola

En el mismo sentido, han aseverado que "esta rambla de la Sierra de Gádor, -zona de especial conservacióncon ZEC- con flujo de agua permanente, alberga hábitats de interés comunitario y es zona de refugio y campeo de especies amenazadas como el arto, el águila perdicera, el búho real o el murciélago cavernícola. Además, desempeña un papel vital en la provisión de servicios ecosistémicos para los municipios cercanos".

Según han advertido, las 20 garrafas encontradas llevan el sello de Sigfito, esto es, "un sistema de responsabilidad ampliada del productor" financiado por fabricantes o envasadores asociados "para gestionar adecuadamente los envases procedentes de fitosanitarios". "Este sistema no funciona adecuadamente, ya que en numerosos vertidos ilegales se encontraron envases con el sello de Sigfito", han criticado.

Para Ecologistas en Acción, "la responsabilidad del uso de fitosanitarios peligrosos no puede recaer solo en los agricultores" dado que son "las administraciones, fabricantes, distribuidores y entidades de reciclaje" las que "deben cumplir la legislación vigente, restringiendo el uso de sustancias tóxicas y estableciendo programas de gestión con medidas de control y trazabilidad para identificar a infractores".