Este fotorreportaje, compuesto por impactantes imágenes, retrata la cruda realidad del vertedero de Ghazipur, el más antiguo de esta megaciudad de más de 20 millones de habitantes. Desde su apertura en 1984, esta inmensa montaña de desechos no ha dejado de crecer, convirtiéndose en un símbolo de la crisis ambiental y urbana en la India.
Ubicado al este de Delhi, cerca de la frontera con la región de Uttar Pradesh, el vertedero se alza como un imponente montículo gris envuelto por nubes de aves carroñeras. Mientras tanto, la ciudad a su alrededor bulle de actividad: los rickshaws zigzaguean entre el tráfico con sus insistentes bocinas, y los peatones transitan las calles con un ritmo incesante.
A pocos metros del basural, el mercado de pescado de Ghazipur vive su momento de máximo apogeo. Hombres cargan cajas rebosantes de mercadería sin detenerse ante quienes caminan entre los estrechos pasillos. En el suelo, niños limpian el pescado, en un entorno donde el hedor de la descomposición se mezcla con el aroma del marisco fresco. Este desagradable perfume es el preludio de la enorme mole de basura que domina el paisaje y cuyo olor se vuelve más penetrante cuanto más cerca se está de su base.
En las inmediaciones del vertedero, la vida cotidiana transcurre con normalidad. Entre calles polvorientas, bordeadas por bloques de viviendas humildes, una mujer camina sorteando restos de tela y sandalias desparejadas. Dos niños juegan con una botella de plástico, mientras un hombre se refresca bajo el chorro de una manguera. Aquí, la basura no es solo un telón de fondo, sino una realidad omnipresente.
A lo largo de las décadas, el vertedero de Ghazipur ha seguido creciendo sin control. Su altura ha superado los 65 metros, y según expertos, si el ritmo de acumulación continúa, pronto rivalizará con el icónico Taj Mahal en altura. La acumulación de residuos no solo genera un impacto visual devastador, sino que también representa una amenaza ambiental significativa. Los gases metano que emanan de la descomposición han provocado incendios espontáneos, y la filtración de sustancias tóxicas contamina el suelo y las fuentes de agua cercanas.
A pesar de los intentos de las autoridades por gestionar el problema, el vertedero sigue expandiéndose, reflejando el desafío de una ciudad que produce diariamente miles de toneladas de desechos. Las iniciativas de reciclaje y reducción de residuos son insuficientes ante la magnitud de la crisis, y muchos habitantes de la zona han aprendido a convivir con la basura como parte de su entorno.
Este fotorreportaje ofrece un testimonio visual de una realidad que muchos prefieren ignorar. A través de sus imágenes, se busca generar conciencia sobre el impacto de nuestros hábitos de consumo y la urgente necesidad de soluciones sostenibles para la gestión de residuos. Ghazipur es más que un vertedero; es un recordatorio de cómo la modernidad y la crisis ecológica convergen en una misma postal.